Un grupo de familiares de pacientes fallecidos en el Sanatorio Modelo de Burzaco, ubicado en avenida Espora 3250, realizó una nueva manifestación frente a la institución ya que consideran que sus parientes fueron víctimas de mala praxis, falta de atención o abandono de persona. Las protestas se vienen realizando desde hace algunos meses.
Los manifestantes llevaron carteles y pancartas con las fotografías de sus familiares, muchos de ellos fallecidos recientemente. Además, la policía estuvo presente en la puerta de la clínica para que aquellos que no puedan ingresar al edificio.
“Vengo a pedir justicia por mi tío, que hicieron abandono de persona y mala praxis. Murió por un tema diabético producto de una infección, y acá no fue atendido como debería haber sido atendido”, contó Daiana Mansilla, sobrina de Juan Luis Mansilla.
Otro hombre, hijo de Carlos Alberto González, contó a El Diario Sur el motivo por el cual se encontraba allí: “El 18 de octubre de 2020 había ingresado a la guardia que lo recibió con una atención indebida. El tenía síntomas de ACV. Debía haber sido aislado y quedó internado en una guardia donde corría todo tipo de riesgo de infecciones. Recién un día y medio después lo trasladaron a un piso común”, dijo, también con una pancarta conmemorativa en sus manos".
Y agregó: “Intenté coordinar con el jefe de piso, pero no logré dar con un protocolo de atención. La enfermera por las noches se dormía y las pocas veces que se acercó, su oxigenación no era la correcta. Estaba deshidratado, no sabían su nombre ni la medicación. La neurocirujana no se animó a acercarse para ver cuál era su caso”.
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La historia de Gloria Acosta, otra de las manifestantes, se remonta a dos décadas: “Yo vengo en representación de mi mamá, Reina Isabel Saucedo. El 5 de enero del año 1993, ella vino a tener un bebé en esta clínica con un doctor que sigue atendiendo en el lugar. Les dieron un bebé que había nacido muerto y mi papá se dio cuenta que no era el de ellos. Al otro día fue a hacer la denuncia y 29 años sigue esperando respuestas. Nosotros seguimos buscando a mi hermano”.
En ese sentido, Acosta explicó cómo continuó su caso: “En ese momento no eran comunes las pruebas de ADN, salían caras. Mi papá no lo pudo pagar y estuvo como 3 años intentando que PAMI pagara el estudio y los resultados dijeron que no era su hijo”.