Esta semana falleció Eduardo de Rose "El Tano", un reconocido vendedor de sandwichs que trabajaba hace 15 años en la estación de Burzaco, que era muy querido tanto por los vecinos que pasaban por allí como por los otros vendedores que frecuentaban esa zona y se caracterizaba por su famoso grito "especial, especial".
"Comenzó con un bolso después que lo despidieron de un trabajo en una parrilla a llevar sándwiches envueltos, con 10 arrancó". contó Antonella, la hija de El Tano, en diálogo con El Diario Sur. "Después con el pasar de los años, él fue inventando el especial, que decía sandwichito especial, porque todo el mundo le decía que los sándwiches de él eran distintos. Porque hacía sándwiches de tortilla, de papa, cosas que nadie pone dentro de un pan, mi papá las ponía", continuó.
"Quería tener un público distinto, ir innovando con el tema de la mercadería para que no se aburran. Después hacía milanesas napolitanas. Mi mamá fue la que hizo las ensaladas de fruta. Y en conjunto ellos trabajaban a la par. Mi mamá nunca iba al puesto, pero mi papá era el que representaba a mi mamá", aseguró Antonella. "Fue armándose de una clientela, hasta que después, con el tiempo, él agarró y empezó con las tablas, encontró un lugarcito en un costado, ahí donde está la salida de los trenes", recordó la joven.
"Por suerte gracias a Dios siempre pudo trabajar de manera autónoma porque él estaba enfermo. Tenía una enfermedad cardíaca de muchos años. Había tenido tres infartos. Tenía dos stends, era diabético. Y por esas cuestiones, también no podía volver a trabajar de parrillero. Eran muchas horas, mucho desgaste físico". señaló Antonella.
"Se levantaba de lunes a sábado a hacer las cosas. Iba a comprar la mercadería, armaba los sándwiches en el día, a la mañana temprano. Arrancaba a las 7 de la mañana a freír. Y a las 11 ya estaba en la estación y ahí estaba todo haciendo el trabajo", finalizó la hija de "El Tano, quien falleció el miércoles al mediodía cuando ayudaba a unos vecinos a empujar su auto, que se había quedado frente a la estación.
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