El comedor Casa Luiggy, ubicado en la localidad de Glew, realizó durante la semana previa a la Navidad una entrega de pan dulces a personas en situación de calle y vecinos vulnerables. La acción solidaria es impulsada por una vecina de Almirante Brown tras la muerte de su hijo en un hecho de inseguridad ocurrido hace 12 años en la Ciudad de Buenos Aires.
Casa Luiggy, el comedor de Glew que transformó el dolor en ayuda solidaria
El comedor comunitario Casa Luiggy funciona en Glew desde 2013 y realiza acciones solidarias con entregas de pan dulces.
22 de diciembre de 2025 - 15:50
La iniciativa es llevada adelante por Luz Marcela Torres, de 60 años, quien comenzó su trabajo social en 2013 luego de la muerte de su hijo. A partir de esa pérdida personal, decidió crear un espacio comunitario en su memoria y fue inaugurado el 30 de marzo, día del cumpleaños de Luiggy: “Es terrible que te maten a un hijo. Todo esto lo hago por él porque era muy solidario con todos”.
El espacio funciona en la calle Roberto J. Payró 2913, en el barrio Los Álamos, de la localidad de Glew. En sus comienzos, asistía a 80 personas y, con el paso del tiempo, la ayuda se amplió hasta alcanzar actualmente a más de 500 vecinos. Desde el comedor señalaron que, a lo largo de los años, se realizaron distintas acciones solidarias, entre ellas la entrega de cajas navideñas y pan dulces tanto en Glew como en Plaza Constitución, destinadas a personas con necesidades básicas.
En el marco de las fiestas de fin de año, el comedor Casa Luiggy volvió a organizar una entrega solidaria, aunque con menor cantidad de productos debido a la situación económica del país: “Dábamos 200 cajas por Navidad, pero por la economía bajamos la cantidad. Ahora solo podemos dar 600 pan dulces nomás”.
Brinda ayuda en Glew y otros puntos de Zona Sur
Durante la semana previa a la celebración, la vecina de Almirante Brown salió a repartir pan dulces en distintos puntos. El miércoles 17 de diciembre realizó una recorrida por Plaza Constitución, mientras que el sábado 20 organizó un asado en Glew para quienes se acercaron en busca de comida. “Ellos me agradecen por todo lo que hago. Se merecen vivir bien y trato de que así lo hagan. Todo lo hago de corazón, sin ayuda de nadie”, señaló sobre el contacto con las personas asistidas.
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