Un cirujano proveniente de Ecuador que trabaja en el Hospital Evita Pueblo, ubicado en el partido de Berazategui, violó a una paciente de 22 años que fue a atenderse por dolores abdominales. El médico fue condenado a 7 años de cárcel y será deportado.
Berazategui: un cirujano ecuatoriano violó a una paciente y será deportado
El cirujano proveniente de Ecuador violó a una joven de 22 años que asistió al hospital Evita de Berazategui. Fue condenado a prisión y deportación.
El delito ocurrió en noviembre de 2021 en el Hospital Evita Pueblo, ubicado en la calle 136 al 2.900, en Berazategui. Este martes, el cirujano, identificado como Jonathan Paul Aguilar Mora, fue declarado culpable de "abuso sexual con acceso carnal" por el Tribunal Oral en lo Criminal Número Uno de Quilmes.
El violador fue arrestado días después del suceso, hasta el martes, que se le condenó a ser deportado de vuelta a su país, pero que antes cumpla la mitad de la condena en Argentina. Además, tiene prohibido el ingreso al país de por vida.
La víctima de 22 años, en diálogo con infobae, comentó: "Empecé con dolores abdominales muy fuertes. Nunca soy de alertar a mi familia por nada, pero llamé a mi mamá porque era de extrema urgencia. No podía caminar. Me vinieron a buscar y me llevaron a la clínica Sabatto de Berazategui. De ahí me derivaron a la guardia del Hospital Evita".
"Entré a la guardia y me acostaron en una camilla, en uno de los pasillos. Ahí estuve toda la noche. En una camilla de un pasillo. Pedí agua y ni siquiera me dieron. Me decían que como supuestamente tenía apendicitis no me podían dar nada. Estuve toda la noche ahí. Durante la madrugada me hicieron algunos estudios. Me sacaron sangre y me hicieron un análisis de orina", añadió.
Luego, llega el momento en el que el cirujano hace presencia: "A las seis de la mañana llega este doctor, me va a buscar a donde estaba la camilla. Le pregunte si me podían dar agua y me dijo de nuevo que no. Yo estaba sin comer, ni tomar. Muy débil. Él se presentó como el cirujano y me dijo que me iba a hacer un tacto rectal. Yo todavía tenía mucho dolor en el cuerpo. Seguía con dolores".
"Él me dice que lo acompañe y vamos caminando despacio. Yo no tenía fuerza en las piernas. Entramos y vi que se puso los guantes, tenía un par puestos y tenía un tercero. Eso me pareció extraño. Fue lo último que vi", agregó la víctima, quien relata que a partir de ese momento empieza lo realmente extraño: "Me dice que me acueste y que levante la remera. Me empieza a tocar la panza y me hace presión. En un momento se sorprende y me dice 'que lindo tatuaje'. Después me dice que me de la vuelta, que me baje el pantalón y la ropa interior. Le hice caso porque creí que era todo normal. Me dijo que no iba a usar vaselina, que iba a usar crema anestésica, y que no iba a sentir dolor".
El peor momento llega cuando el cirujano comenzó la supuesta prueba rectal: "El abusador me puso crema e introdujo sus dedos. Ese era el estudio, no me parecía demasiado raro, hasta que de repente sentí un dolor extremo. Automáticamente me doy vuelta y lo veo con los pantalones bajos: tenía una erección y un preservativo puesto. Ahí lo empuje y quise pegarle pero no tenía fuerzas por lo mal que me sentía".
La joven comenzó a gritar: "No sabía qué gritar. Afuera estaba mi mamá, que escuchó mis gritos pero como estaba la puerta trabada no pudo entrar. En ese momento él aprovechó y se fue caminando por la puerta que da a la guardia. Justo después de eso entró una enfermera que también escuchó los gritos".
La enfermera encontró el preservativo que usó el médico en el tacho de basura y lo guardó en una bolsa cerrada para utilizarlo como prueba. Gracias a estos detalles, el delincuente fue condenado este martes.
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