Columnista | Horacio Verbitsky | Ginés González García | vacuna

Otra chance para ser y parecer

Más de una vez escribí en ésta página sobre la relación política/justicia/corrupción, una especie de "trio" similar a la opción del huevo o la gallina.  Tal vez podemos parafrasear el mismísimo presidente de la Nación y pedir que se acabe la joda.

A ésta altura de la polémica estoy tentado en imprimirme una remera con la leyenda: “NO ME VACUNÉ”.

El viernes de la semana pasada, Horacio Verbitsky reveló en el programa Habrá Consecuencias, de la radio El Destape, que se había inoculado contra el COVID-19. “Ustedes se acuerdan que hace unos meses yo dije que prefería esperar unos meses antes de vacunarme y ver qué efectos secundarios podía haber. No tenía prisa, que no me iba a apurar para vacunar. Bueno, pues ayer me vacuné. Decidí vacunarme. Me puse a averiguar dónde hacerlo, llamé a mi viejo amigo Ginés González García –a quien conozco de mucho antes que fuera ministro– y me dijo que tenía que ir al Hospital Posadas”, contó.

Luego completó: “El Hospital Posadas está en Palomar, creo que es partido de Morón, pero el barrio es Palomar y está ahí nomás de la villa Carlos Gardel. Y cuando estaba por ir recibí un mensaje del secretario de Ginés que me dijo que iba a venir un equipo de vacunadores del Posadas al Ministerio y que fuera a darme la vacuna”. Esa declaración “ingenua” del conocido como “perro” Verbitsky detonó un escándalo que terminó con el ministro de salud de la Nación, Ginés González García, fuera del gabinete a instancias de una declaración de principios del presidente Alberto Fernández: “con la vacuna no se jode”.

Más tarde vendría la publicación de una lista de 70 “vacunados VIP” entre los que se encuentran adultos mayores como el ex presidente Eduardo Duhalde o el sindicalista Hugo Moyano, pero también con jóvenes (como su hijo de 20 años) que no debían estar alcanzados en esta etapa de la vacunación.

Si bien nadie se podría sorprender que figuras públicas (desde políticos hasta celebrities del mundo del espectáculo) tengan un tratamiento especial a la hora de muchas gestiones y trámites, el proceso de vacunación contra el COVID es bien distinto. La diferencia la hace la expectativa de protección que genera la vacuna contra una enfermedad que puede ser letal para mucha gente. No se trata de “saltearse” la fila en un banco, o no querer mezclarse con “los fans” a la hora de sacar el registro de conducir, es mucho más delicado porque a algunos le va la vida en este trance del virus chino.

Luego del escándalo, Horacio Verbitsky fue despedido de la radio de Roberto Navarro por “inmoral” y presentó una nota ante la comisión directiva del Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), organización de derechos humanos que preside desde hace años, en la que pide licencia por tiempo indeterminado. El CELS había rechazado cualquier acción de privilegio que pueda ejercer cualquiera de sus miembros y eso puso al perro contra las cuerdas.

El impacto de toda la situación en la opinión pública impulsó denuncias judiciales que involucran tanto a los vacunados como a los ex funcionarios.

Otro de los temas de la semana involucra justamente a la justicia. La ANSeS intimó a más de 222 jueces y fiscales que iniciaron el trámite para jubilarse a renunciar en 30 días hábiles o retirar sus carpetas del organismo perdiendo una serie de beneficios. Por lo general, tanto jueces como fiscales abren sus carpetas jubilatorias a los 60 años y las dejan “congeladas” para ejecutarlas cuando más les convenga.

La intimación de ANSES cayó muy mal en la Justicia y fue leída como un “apriete” del poder ejecutivo sobre el judicial. Por un lado, los jueces y fiscales tienen estabilidad en sus cargos hasta los 75 años según la Constitución y por eso “se guardan” en la manga la posibilidad de jubilarse antes de ser destituidos por el Consejo de la Magistratura en un juicio político en el que podrían perder ese beneficio jubilatorio. El último ejemplo emblemático podría ser el caso del ex juez Norberto Oyarbide que prefirió jubilarse antes de ser echado.

Más de una vez escribí en ésta página sobre la relación política/justicia/corrupción, una especie de “trio” similar a la opción del huevo o la gallina. Tal vez podemos parafrasear el mismísimo presidente de la Nación y pedir que se acabe la joda. Para todos por igual.

¿Habrá vacuna para lograrlo?

Buena semana.

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