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Nada es para siempre (ni lo bueno ni lo malo)

Por Ricardo Varela.

Oriundo de Olhão, en la región de las paradisíacas playas de Algarve, un delantero dio sus primeros pasos futbolísticos en el Sporting Club Olhanense (su localidad natal), para luego incorporarse a las divisiones menores del Loulé, hasta que el gigante luso Benfica puso sus ojos en él. Se trata de Gonçalo Ramos, hasta hace pocos días un ilustre desconocido para el ambiente internacional del fútbol.

Su incorporación al Benfica se dio en el equipo B, pero sus goles lo llevaron rápidamente al plantel de Primera, donde se ganó un lugar para pelear por los títulos locales y luchar ante las potencias de Europa en la Champions League.

Con la selección portuguesa tiene un pasado en la Sub 17 y Sub 19, donde disputó la final de la Eurocopa juvenil que finalmenteterminaría ganando España. Más allá del resultado adverso en el duelo decisivo, Gonçalo Ramos concluyó el certamen (organizado en Armenia) como el máximo goleador con 4 goles en 5 partidos. Durante las semifinales de aquel certamen también se llevó la pelota por haber convertido 3 tantos en la victoria por 4 a 0 frente a la República de Irlanda en las semifinales.

Con el triplete frente a Suiza se convirtió en el tercer jugador de menor edad (21 años, 5 meses y 16 días) en hacer tres goles en un partido de eliminación directa en la historia de la Copa del Mundo, atrás de Edmund Conen de Alemania en 1934 (19 años, 6 meses y 17 días) y de Pelé con Brasil en 1958 (17 años, 8 meses y un día).

Información pura y dura.

Como también lo es el hecho que fue la segunda vez, entre todas las veces que fue convocado, que Cristiano Ronaldo fue suplente en el equipo nacional de Portugal. Había sido titular en los tres partidos de la fase de grupos de Qatar (Ghana, Uruguay y Corea del Sur), pero su rendimiento venía siendo pobre. Su único gol fue en el debut ante Ghana, convirtiendo desde el punto penal en la victoria de su equipo por 3-2, y alcanzando el récord de ser el único jugador que convirtió goles en 5 mundiales consecutivos. Aquel inicio hacía suponer que el Mundial le haría olvidar rápidamente su mal paso en el Manchester United (club que anunció su salida horas antes del minuto cero de Qatar). Sin embargo: cambia, todo cambia. No solo noconvirtió en acciones de pelota en movimiento, sino que además ha desperdiciado varios goles claros, fallando situaciones que en sus otros momentos, hubieran terminado (sin dudas) en la red. Fernando Santos, entrenador del equipo, tuvo las agallas de sacarlo del once titular cuando empezaba la serie de mata/mata, y le salió bien. Su reemplazante (que debutó profesionalmente hace poco mas de 1 año) no sólo rindió, fue la figura del partido.

Como en Manchester, cuando se negó a entrar cuando faltaban 5 minutos para el final de un partido argumentándole a su técnico: “no soy un jugador para jugar 3 minutos”, Ronaldo estuvo a punto de abandonar la concentración de su equipo cuando se enteró que sería suplente.

Parece una crónica futbolística de un diario de Lisboa o Porto, ¿no? Pero no le es. Ronaldo sintetiza en acciones y actualidad, la negación del que ya no es. No puede asumir a los otros. Que parecen ser mejores para este tiempo, porque corren más, más rápido, marcan mejor, son más solidarios con sus compañeros o lo que sea que sea. No se banca el “ya no ser” y cree que el mundo conspira contra él. Sea en Manchester o en la selección de su país. Por cierto dos equipos que supieron mimarlo, mal criarlo y hacerle ganar mucho dinero.

Ronaldo seguirá haciendo goles seguramente, muchos más, donde sea que juegue porque es crack, es bueno de verdad. No por nada estuvo en la terna de los mejores los últimos 10 años. El problema es ese justamente: los 10 años. El paso del tiempo es inexorable y los que vienen atrás empujan buscando su lugar, queriendo ser protagonistas de su tiempo. Algunos tienen la grandeza de enseñar, de dar un paso al costado, de potenciarse con “lo nuevo”, de seguir creciendo junto a las apariciones. Algunos son generosos y “forman” descendientes y continuidad. Algunos guían con generosidad y sin miedo sabiendo que eso los hace mejores y “más grandes”. Otros se aferran al sillón, gritan “la Ferrari es mía”, o se enojan haciendo caprichitos (como CR7). Son los que quieren tapar el sol con las manos, sin saber que a éste editorial y a ésta edición la seguirá otra (dentro de una semana).

Fito Páez escribió una hermosa canción que popularizó Fabiana Cantilo: “Nada es para siempre”. Yo me permito hacerle un agregado: “ni lo bueno ni lo malo”. Nada es para siempre.

Buena semana.

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