Faltan seis meses para las elecciones primarias y ocho para la primera vuelta de las presidenciales. En el país del cortísimo plazo, esos tiempos son el futuro lejano, en los que se puede esperar que haya fenómenos disruptivos como los autos voladores que se imaginaron para la contemporaneidad desde las obras de ciencia ficción del siglo XX.
A la espera de los autos voladores en el 2023
Por Manuel Nieto (@NietoManuelOk).
Sin ir más lejos, para encontrar un fenómeno de “auto volador” se puede viajar a la última elección general, la de 2019, cuando Cristina Kirchner designó como candidato a Presidente a Alberto Fernández un 18 de mayo. En febrero de aquel año –como estamos ahora- hubiera sido imposible imaginarlo. Tampoco hubiera sido fácil pronosticar en 2021 que Javier Milei y su ultra liberalismo reaccionario iban a ser la segunda fuerza de la Capital en las legislativas. Pero pasó.
Por ahora, nos tenemos que conformar con el menú de opciones que ya se va perfilando. La novedad principal de esta semana fue el lanzamiento de Horacio Rodríguez Larreta. Con una acción coordinada en redes sociales y una estética PRO, el jefe de Gobierno porteño dijo en su mensaje desde el kilómetro cero de la Ruta 40 que “los únicos que se benefician con la grieta son los que la abrieron” y que “los que la usen, son unos estafadores”. El tango se baila de a dos y, en consonancia, la grieta no se cava con una sola pala, por lo que el mensaje implícito de Larreta es que también hay estafadores en Juntos por el Cambio.
Patricia Bullrich, su principal rival de interna por ahora, no tiró la pelota afuera. En un acto en San Miguel junto al ex kirchnerista y actual conservador acérrimo Joaquín de la Torre, sostuvo que “la gran estafa es haber transformado a la Argentina en un país en decadencia”. “La gran estafa es hacernos creer que cada vez que cada vez que tenemos más planes tenemos menos pobreza”, completó la ex ministra de Seguridad.
Otra reacción interesante a la candidatura de Larreta fue la de Macri. Aprovechó para “felicitar a Horacio” con una sugerente foto en la que se lo ve al ex Presidente micrófono en mano y a su ex jefe de Gabinete a su lado. En el texto, que parece milimétricamente pensado, Macri dice que, como fundador del PRO, se siente orgulloso de la competencia interna entre “los dirigentes” del espacio, colocándose varios peldaños por encima de todos.
Con el acecho de “los halcones”, Larreta parece con culpa, con miedo o con indecisión de sostener su discurso anti grieta con el que inauguró su campaña presidencial. Cuando le preguntaron con quién podría acordar en caso de llegar a la Presidencia mencionó que con Cristina Kirchner –la figura política más importante del peronismo- sería imposible, y enseguida revoleó algunas de las muletillas más simplificadoras del discurso opositor: que soltaron presos, que son amigos de Venezuela e Irán, etc. ¿La estafa de la grieta?
Y esos son solo algunos nombres de la interna opositora: por el radicalismo también se anotan el gobernador jujeño Gerardo Morales y el neurocientífico Facundo Manes. Elisa Carrió avisó que evalúa ser candidata y María Eugenia Vidal también hizo un lanzamiento solapado con la visita de Macri a sus nuevas oficinas. La ex gobernadora “orgullosamente bonaerense”, como se definía en sus perfiles de redes sociales antes de ser candidata en Capital en 2021, parece que ahora tiene vocación de oficinista.
El río está todavía más revuelto en el Frente de Todos. El sueño reeleccionista del Presidente es boicoteado ya no solo por Cristina, Máximo Kirchner, La Cámpora, Juan Grabois o Sergio Massa –jugadores sobre los que se espera esta intencionalidad. También están en esa sintonía la gran mayoría de los gobernadores –que desdoblan su calendario electoral con el nacional para no quedar pegados a la imagen de Alberto Fernández-, y hasta por Daniel Scioli, el embajador en Brasil que se mostraba como un colaborador leal del Presidente. El ex motonauta avisó que si lo necesitan “está”. El hasta hace dos semanas jefe de Gabinete Juan Manzur tiene un alocado plan de regreso a Tucumán para lanzar la campaña “Juan XXIII” en alianza con algún cristinista. El chaqueño “Coki” Capitanich también anhela volver a romper diarios a la Casa Rosada. Wado de Pedro se cuelga el cartel del camporista que mejor mide y sueña con quedarse con los votos de “La Jefa”. Sergio Massa es una incógnita.
A la propia Cristina todos la descartan como candidata.
El fenómeno Milei sigue siendo incierto.
Ojo, siempre hay lugar para los autos voladores.
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