La canción más cantada de los últimos meses, esa que siempre nos ligará a una sonrisa reza: “no te lo puedo explicar, porque no vas a entender…”, y sigue con giros y códigos futbolísticos. Lo cierto es que el paradigma hace que más allá de ejemplos y coyunturas, la pasión argentina en torno al fútbol es difícil de explicar.
Ni muy vivos, ni muy bobos (para poder entender nomás)
Por Ricardo Varela.
En esta línea de no poder explicar “ciertas cosas” se me fueron apareciendo en la semana cuestiones extra futbolísticas.
En inédita disputa entre “trenes de alegría” que pulsean la vuelta al perro de turistas en Mar del Plata, las cosas terminaron muy mal. Emulando al panadero que quiso amedrentar a los jugadores de River cuando salían a enfrentar a su Boca en un segundo tiempo que lo dejaba fuera de la Copa, unos “inexplicables” atacaron a un supuesto “Tren de la Alegría” desde la calle tirándole gas pimienta a todos los ocupantes. Creer o reventar. Agentes de la secretaría de seguridad y control marplatense se acercaron hasta el tren para averiguar qué había sucedido, al igual que una mujer policía que se subió al transporte. Tantos los niños como los adultos y el Hombre Araña, Jack Sparrow y un Minion se arrojaron a la calle para escapar del efecto irritable del gas pimienta. La imagen de video muestra a niños corriendo superhéroes por las calles marplatenses…
También es difícil de explicar que tras un año prófugo de la justicia, el líder de la RAM (Resistencia Ancestral Mapuche), Jonas Hualas fuera detenido en el Bolsón con peluca y pollera. En agosto de 2018, luego que la Corte Suprema de Justicia de la Nación ordenara su extradición, Francisco Facundo Jones Huala fue condenado por la Justicia chilena a nueve años de prisión por ataques incendiarios y portación de armas de fuego en reivindicación del conflicto mapuche en 2013. Luego, mediante un recurso de amparo el dirigente de la RAM fue excarcelado en libertad condicional el 21 de enero de 2022. En ese entonces, se radicó en una comunidad mapuche de Temuco, en el sur de Chile, hasta que la Comisión de Libertad Condicional de La Araucanía denegó en forma unánime la solicitud, razón por la cual su defensa recurrió a la Corte de Apelaciones de Temuco. En febrero del 22, la Corte Suprema chilena revocó su libertad condicional y ordenó que volviera a la cárcel. Claro que nunca lo encontraron, hasta ésta semana. Hualas, de pasado flogger en las escalinatas del Abasto porteño, devenido luego en peligroso incendiario y usurpador mapuche, cayó en el Bolsón travestido. Indios (y floggers) eran los de antes…
Último párrafo para un tema de actualidad regional: la inseguridad. En las últimas semanas se vienen difundiendo imágenes de distintas situaciones de robo o delito que impulsaron marchas pidiendo seguridad. Los especialistas en el tema miden estas situaciones con estadísticas. Simples números y porcentajes bajo títulos que van desde hurto o robo, a intimidación pública u homicidio. Los números y porcentajes les sirven a quienes tienen alguna responsabilidad de dirigir o decidir acciones preventivas o reparatorias, pero poco a quienes son protagonistas. Con esto quiero decir: no hay mucha o poca seguridad (o inseguridad). Un caso en primera persona (en carne propia) se convierte en el 100% para esa persona o familia. Poco le importa a alguien que fue robado que su propio caso esté debajo o arriba de los índices promedio. En esta línea siempre les pido a los periodistas que trabajen con objetividad y empatía con las víctimas, pero también chequeando y cruzando la información.
Este viernes tuvo lugar una marcha contra la inseguridad en la plaza Mitre de Monte Grande convocada a través de una imagen que aseguraba que en el segundo semestre de 2022 habían sido denunciados 53.000 delitos en Esteban Echeverría. Los números daban casi 300 denuncias por día y luego de chequear la información concluimos que eran una manipulación absurda. Consultado uno de los organizadores de la marcha sobre cómo se había construido ese número de denuncias, señaló (suelto de cuerpo) que habían duplicado las denuncias formales, entendiendo que “estadísticamente la gente denuncia la mitad de los delitos que sufre”. Todo se corresponde con una irresponsabilidad. Según él mismo, en los Tribunales de Lomas de Zamora habían llegado 25.000 denuncias e 2022 (en todo el año, no durante el segundo semestre), entonces duplicándolas (y agregándole un poco de IVA) llegaron a los 53.000 casos. Todo muy poco serio e inconsistente cuando no tiene en cuenta que los Tribunales de Lomas canalizan las denuncias de los partidos de Almirante Brown, Avellaneda, Esteban Echeverría, Ezeiza, Lanús y Lomas de Zamora.
Algunos medios levantaron la convocatoria y dieron por validos 53.000 imposibles casos.
En todos los casos, mentir estadísticas para lograr más impacto es tan berreta como ningunear “uno” de ellos. Un “caso” es un gran problema cuando te toca a vos o a uno de los tuyos. Hay algunos “vivos” que toman al resto por “bobos”.
Así, ni vivos, ni bobos, pueden explicar nada, porque no los vas entender.
Buena semana.