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La desconocida anécdota en Monte Grande por la que Messi hoy es el 10 de la Selección

Fue el primer movimiento de Julio Grondona para evitar que otro país nacionalice al astro y así asegurarle un lugar en la celeste y blanca. Un capítulo inédito.

Lionel Messi apenas tenía 16 años, llevaba cuatro meses jugando en la primera división del F.C. Barcelona y ya estaba en boca de todos. Rápido de reflejos, el entonces presidente de la AFA, Julio Grondona, dio órdenes claras: que no se lo lleve otra Selección. Gracias a un locutorio de Monte Grande, ese cometido se cumplió y así fue como empezó la historia del mejor jugador del mundo con la celeste y blanca.

La historia hasta hoy era desconocida, y salió a la luz en un libro recién publicado: "El genio incompleto", del periodista Ariel Senosiain. En sus once capítulos repasa varias historias y momentos de Messi en la Selección Argentina, entre ellos el ocurrido en Monte Grande.

Según consta en el libro, el 30 de noviembre de 2004 hubo una charla entre Grondona y Hugo Tocalli, quien por entonces entrenaba a la Sub-20 de la Selección. "Hay un fenómeno en España. Tenemos que pagarle el pasaje y traerlo a jugar. Lo hacemos jugar y lo blindamos", le dijo Julio Humberto. Y así fue.

Claro que en ese momento las comunicaciones no estaban tan modernizadas como hoy. Tocalli le transmitió el "mandado" de Grondona a Omar Souto, hoy gerente de selecciones de AFA, y éste último fue quien se encargó en persona. Tenía que contactar a Messi o a su familia lo más rápido posible.

Me fui del predio de Ezeiza a un locutorio de Monte Grande. Pedí una guía telefónica de Rosario, sólo sabíamos que era rosarino. Arranqué la página donde estaban los números de los Messi, hice una llamada cualquiera a mi casa para justificar que había entrado y volví al predio a rastrearlo", contó Souto en una entrevista para el libro de Senosiain.

Y continuó: "A la primera cercana que ubiqué fue a la abuela. La abuela de Lionel me pasó el contacto del tío. El tío, el del padre. Llamé al padre, me presenté y le dije que queríamos contar con su hijo, con el detalle de que le erré al nombre: siempre había escuchado que Leo es el apodo de los Leonardo”, confesó el dirigente.

Y el resto es historia. Messi terminó vistiendo la camiseta argentina, cuyos colores defiende hasta el día de hoy. ¿Será el próximo mundial, Qatar 2022, la última gran oportunidad del 10?

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