"Parece mentira que estamos acá, sentimos una satisfacción enorme. Mientras íbamos por la ruta, veíamos los carteles que decían “San Rafael” y una cantidad de kilómetros cada vez más chica, fue emocionante”, contó Darío Lungo a El Diario Sur, sobre la experiencia de ir junto a su padre, Pedro, en bicicleta desde Monte Grande, donde viven, hasta Mendoza.
Padre e hijo llegaron a Mendoza en bicicleta desde Monte Grande: "Hechos pelota pero encantados"
Pedro Lungo y su hijo Darío fueron hasta San Rafael en bicicleta desde Monte Grande. Llegaron el pasado viernes y piensan recorrer el Cañón del Atuel.
Darío y Pedro habían salido desde Monte Grande el pasado 25 de septiembre, y llegaron a San Rafael, donde se encuentran actualmente, este viernes. "No se imaginan la ansiedad y las ganas de llegar de una bendita vez", expresó Darío y agregó que ahora piensan recorrer el Cañón del Atuel, ubicado en Valle Grande.
Él, de 34 años, y su padre, de 65, comenzaron esta aventura a partir de haber visto videos de YouTube sobre personas que realizaban este tipo de viajes. Un día, su padre decidió preguntarle si se animaba a hacerlo e iniciaron los preparativos.
Debido a que Darío, a pesar de ser ingeniero agrónomo, trabaja fabricando y vendiendo máquinas para la industria textil, y su padre trabajó durante muchos años como mecánico, decidieron armar ellos mismos su medio de transporte. “Mi papá construyó los carritos y yo los equipé con luces y generadores”, había explicado Darío a El Diario Sur.
Darío contó que durante el trayecto tuvieron que lidiar con varios incidentes entre los que se encontraron tormentas y fuertes vientos, además de desperfectos técnicos en los carritos por los que tuvieron que frenar su viaje hasta repararlos.
“Una de las cosas más duras fue pasar por las zonas áridas donde no había ningún árbol para refugiarnos y descansar”, explicó. Por otro lado, también comentó que se les pinchó el colchón inflable y durante las madrugadas se despiertan en el suelo: “Intentamos arreglarlo con un parche y no pudimos, pero igual dormimos toda la noche porque estamos muy cansados”.
Desde que llegaron a San Rafael decidieron parar en un camping llamado “El parador”, donde pudieron descansar y poner en condiciones los carritos para poder continuar su camino.
Este fin de semana, primos lejanos de Darío que viven en Mendoza se enteraron de su aventura y fueron a visitarlos al parador e hicieron un asado. También pudieron ponerse en contacto con su familia de Buenos Aires: “No lo pueden creer, nos llegan abrazos y felicitaciones, no solo de ellos, sino también de la gente que nos sigue a través de las redes”.
Mediante su Instagram (@delta.lima.22), Darío fue compartiendo diversos momentos del viaje. “Hubo personas que nos vieron y nos sacaron fotos. También conocimos gente que nos recibió en su casa, nos dio comida y nos prestó el patio. Es increíble la calidez y solidaridad que encontramos”, remarcó Darío.
Sobre su padre, explicó que está “hecho pelota, pero encantado”, ya que lo emociona poder entrar a los pueblos y hablar con las personas que se cruzan en el camino.
“Ahora vamos a salir a pasear un rato, porque el tiempo ya se puso lindo. Cuando llegamos estaba nublado y ventoso”, contó Darío.
¿Cómo sigue la aventura?
Según contó Darío, su próximo plan es recorrer el Cañón del Atuel en bicicleta. “Parece mentira estar de nuevo acá después de tantos años”, remarcó y aclaró que desde sus 15 años que no va a la provincia.
“Sabemos que falta la parte más linda, que es volver a ver esos paisajes. Me emociona pensar que en unos días vamos a estar acampando bajo las estrellas en el medio de la nada”, expresó. Proyectan tardar alrededor de una semana en este tramo del viaje, ya que son 150 kilómetros y hay muchas pendientes.
Por otro lado, Darío también explicó que son conscientes de que después falta la parte más triste: la vuelta a casa. “Vamos a volver en bicicleta porque estamos entrenados, y aparte va ser más fácil porque hay bajadas”.
“Cuando lleguemos vamos a dormir por lo menos una semana seguida”, concluyó entre risas.