El domingo 18 de septiembre se realizó la Maratón de Ciclismo Adaptado de Buenos Aires y Andrés Biga Vidal, vecino de Monte Grande, obtuvo el primer puesto. El tiempo que tardó en llegar a la meta fue una hora y 11 minutos.
Un vecino de Monte Grande es campeón en ciclismo adaptado y sueña con París 2024
Andrés Biga Vidal tiene 42 años y es de Monte Grande. Hacía mountain bike y, tras un accidente, siguió con ciclismo adaptado. Ganó la Maratón de Buenos Aires.
“Las maratones nosotros las usamos como entrenamiento porque las distancias se asemejan a las carreras internacionales, es una competencia muy buena para entrenar y siempre se va al límite”, explicó Andrés, quien corre en esta maratón desde hace seis años, en diálogo con El Diario Sur.
Destacó que la experiencia es “increíble” debido a que recorren gran parte de la ciudad. Sobre el primer puesto, sostuvo que “siempre es una satisfacción lograr el primer puesto, pero lo más importante es haber dejado todo”.
Andrés tiene 42 años y es controlador de tránsito aéreo. Trabaja desde hace 15 años en el aeropuerto de Ezeiza y forma parte del Seleccionado Argentino de Ciclismo Adaptado. “Compagino mis tareas laborales con mi pasión y segundo trabajo, el Ciclismo Adaptado”, señaló.
“Fue un camino largo y difícil el poder llegar a ser integrante de la Selección Nacional, alrededor de seis años de mucho trabajo, sacrificio y competencias”, destacó el ciclista y agregó que fue a partir de esto que tuvo la oportunidad de participar de los Juegos Paraolímpicos de Lima, en 2019, donde ganó una medalla que le “abrió las puertas a muchas más posibilidades y competencias internacionales”.
Andrés practica deporte de alto rendimiento desde hace 20 años. Hasta el 2009 hacía mountain bike, pero tuvo un accidente: mientras entrenaba en la ruta, un camión lo atropelló. Tras un año de rehabilitación, conoció el Ciclismo Adaptado y comenzó a entrenar en 2012.
“Comencé con la bici de casualidad en 2005, cuando me compré una bicicleta para hacer algo de ejercicio yendo a trabajar. En el camino conocí gente que lo hacía de manera más frecuente y terminé enganchándome”, contó el deportista y agregó que lo invitaron a las carreras y nunca más paró de ir.
Según explicó Andrés, el Ciclismo Adaptado tiene varias categorías dependiendo del tipo de discapacidad: “En mi caso vamos en unas bicicletas, prácticamente acostados, ya que no tenemos equilibrio. Se pedalea con los dos brazos de manera consecutiva”. En cuanto a los entrenamientos y las bicicletas, aclaró que son similares a las del ciclismo convencional.
Al ser consultado por El Diario Sur sobre lo que más le gusta del ciclismo, el deportista destacó el contacto con la naturaleza, la velocidad y el viento en la cara.
“Mis amigos y familiares siempre me felicitan, sea cual sea la competencia”, remarcó Andrés y agregó: “Es importante que la gente entienda que, por más que tengamos una discapacidad, entrenamos en igualdad de condiciones y con la misma intensidad que cualquier atleta convencional y sin discapacidad”.
Su próximo proyecto es conseguir el puntaje para una plaza para los Juegos Paralímpicos de París en 2024. También, junto a su equipo, intentarán colectar los puntos necesarios para generar una plaza olímpica. “Arrancamos, en marzo, abril y mayo con dos fechas de la copa del mundo en Bélgica y Alemania. En agosto tenemos el mundial en Escocia y el objetivo principal del año próximo será los juegos panamericanos en Chile durante septiembre”, concluyó.
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