Pedro Campomar es uno de los vecinos más reconocidos de Monte Grande. Dedicó su vida al estudio de la historia local y en el marco de su cumpleaños número 98, que celebró el pasado miércoles, dialogó con El Diario Sur para repasar su vida, que está, como la de nadie, emparentada con la de Esteban Echeverría.
Pedro Campomar, una institución de Esteban Echeverría que está cerca del siglo de vida
El reconocido historiador, que publicó 27 libros sobre Esteban Echeverría, celebró esta semana sus 98 años."Todavía estoy cacareando", dice.
“98 años y todavía estoy cacareando”, bromea el historiador que nació un 18 de enero de 1925. “Desde ese momento vivo exactamente en el mismo lugar, Independencia y Nuestras Malvinas -que entonces se denominaba Boulevard La Plata-. Cambió bastante el barrio desde entonces”, resalta.
Campomar rememora cómo era ese Monte Grande de antaño que lo vio nacer. Lo recuerda como un pueblo tranquilo, en el que todos los vecinos se conocían y se saludaban. “Yo jugaba en la vereda, ahora eso no lo ves ni de casualidad”, subraya.
En 1939, con apenas 14 años, comenzó su incursión en las letras cuando se integró al equipo del periódico “Juventud”, cuyo director fue Orencio Antonio Mainer, titular por aquellos días de la Parroquia Inmaculada Concepción. A partir de allí, inició un largo camino como historiador y periodista, en el que siempre tuvo a su pago chico en el centro de su tarea. Por muchos años fue corresponsal local del diario porteño “La Prensa” y paralelamente a ello comenzó a escribir sobre la historia de Esteban Echeverría.
“Me fui identificando con la historia porque me parecía que la gente no estaba al tanto de nuestro pasado, siempre me gustó buscar entre hechos curiosos”, describe Campomar sobre sus inicios en la historiografía local. “Lo que me gusta de este trabajo es el sondeo, la investigación sobre cosas que nadie sabe que existieron”, agrega.
El vecino de Monte Grande escribió 27 libros sobre la historia de la región, sobre los más variados temas, entre los qué se encuentran un repaso por el nombre de nuestras calles, un atlas histórico en el que repasa los hechos que ocurrieron aquí desde el año 1.500, hasta biografías de personajes que marcaron la historia del distrito.
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“Mi último libro trata sobre la historia de un paisano, el Cuerudo, del tiempo de Juan Moreira. Vivía por La Colorada (Pedro Suárez) y el Arroyo Santa Catalina. Hay vecinos que lo conocieron y le tenían miedo, porque era un gaucho desprolijo, más que nada los chicos”, asegura Campomar.
Otro de los logros en la carrera del historiador fue la fundación del Museo La Campana, en la que estuvo involucrado y fue su primer director. “Comenzó a crecer a través de donaciones, nadie se negaba a dar algo. Visitando a las viejas familias del partido, siempre se conseguía algo”, describe sobre los primeros tiempos de la institución que se fundó en 1980.
Por su labor como historiador, la Municipalidad de Esteban Echeverría le confirió a Pedro Campomar el título de Ciudadano Ilustre en el año 2002, en tanto que la Cámara de Diputados de la Nación lo nombró en 2006 como Mayor Notable Argentino, con diploma y medalla de honor. “A esta altura de mi vida no pienso en escribir ningún libro. Lo único que me interesa es que los que ya escribí se lean. Me gustaría que la Municipalidad los reproduzca y los regale”, finaliza.
¿Por qué la ciudad se llama Monte Grande?
El nombre de la ciudad, según relata Pedro Campomar, surge allá por el año 1600, cuando se asientan los primeros colonos españoles en estas tierras. Allí, Mayor Humanes de Molina, una mujer que visitaba el criadero de mulas que sus hijos tenían en la zona, al ver la frondosa arboleda que lo rodeaba lo describió como un “bello monte grande”.
“En la zona cercana a la Laguna de Rocha había un bosque de distintas formaciones de talas o cina cinas, que son plantas autóctonas. La tala es un árbol de tronco duro, que era utilizado para leña en la ciudad de Buenos Aires”, afirma Campomar.