Durante toda esta semana, se presenta en Monte Grande una muestra única: se trata de las obras de Ernesto Bertedor, quien tiene 78 años y es un reconocido escultor de la zona, con un amplio reconocimiento y trayectoria. Entre los trabajos exhibidos se encuentran diferentes esculturas talladas en madera y también dibujos hechos con lapicera.
Exposición en Monte Grande del escultor Ernesto Bertedor, el vecino que diseñó Tierra Santa
Entre sus reconocidas esculturas se encuentran las de Tierra Santa, un proyecto impulsado por él. Es autista y busca transmitir un mensaje de inclusión.
La exposición está disponible en la biblioteca Bernardino Rivadavia de Monte Grande y los vecinos que quieran acercarse podrán encontrarla allí hasta el próximo fin de semana. Además, el mismo artista estará presente en el lugar algunos de los siguientes días para dialogar con aquellos que quieran conocerlo.
En ese marco, El Diario Sur dialogó con Bertedor, quien expresó: "Con las esculturas empecé a los 3 años, cuando salió la plastilina. Soy autista y esa era mi obsesión, mi enfermedad y mi juguete, pero con el tiempo se transformó en mi forma de vida y logré vivir de esto, eso es lo maravilloso". "No tengo estudio, me formé haciendo y desde joven que me dedico a esto. La gente conoce mis trabajos, lo que pasa es que no me conocen a mí", explicó el vecino.
Cabe destacar que el artista, que nació en Rosario pero vive desde hace más de 40 años en Monte Grande, es el creador de todas las esculturas que se encuentran en el parque temático religioso Tierra Santa, ya que fue el impulsor del proyecto. También de obras como la talla en madera de una cabeza de caballo en tamaño real, realizada totalmente con motosierra, que fue ubicada en la plaza René Favaloro de Resistencia, Chaco. Entre otros de sus reconocidos trabajos también se encuentra la escultura de la orca y el delfín que se ubica en la entrada de Mundo Marino, en San Clemente.
"A los 25 años empecé a vivir de esto porque vi que me funcionaba. Pero no lo siento como un trabajo. Un consejo para la gente es que vivan de lo que les gusta, para bien o para mal, que se perfeccionen en eso que los apasiona, aunque sea limpiar, que logren hacerlo perfecto", señaló el artista.
Y continuó: "Para mí lo que yo hago es un entretenimiento. Siempre estoy creando, construyendo algo en mi cabeza para después ver dónde lo vuelco. Se trata de vivir de esa manera, no pensando en exponer ni vender. Yo comercialmente soy un desastre, nunca hago negocios. Me dedico a crear, a pensar, a idear...".
Quienes quieran conocer más sobre el trabajo de Ernesto Bertedor, pueden hacerlo a través de su cuenta de Instagram: @escultorbertedor.
La muestra en Monte Grande
"Traje lo que tenía en el taller. Nunca tuve muchas cosas porque siempre trabajé con pedidos, los hacés y se los llevan, no te queda nunca nada", explicó a El Diario Sur Ernesto Bertedor acerca de la exposición que realiza en la biblioteca Bernardino Rivadavia de Monte Grande.
Entre las obras que se encuentran en el lugar está un busto de Lionel Messi, la última creación del vecino: "Lo admiro mucho, no solamente como futbolista sino como ser humano. Un día vi una foto donde sonreía y me gustó mucho, lo dibujé y después dije, '¿por qué no tallarlo?'".
Además, también hay varias esculturas y dibujos sobre animales. Al respecto, el artista detalló: "Me gusta mucho dibujarlos porque los entiendo, me llevo mejor con ellos que con las personas, porque ellos no saben mentir. Si nosotros no habláramos seríamos mucho mejores".
Sobre el momento en que decidió empezar a dibujar, explicó que fue cuando falleció su señora. "Es muy difícil porque tenés que empezar de nuevo pero con una edad avanzada, después de haber hecho toda una vida... Pero estás ahí y tenés que seguir haciendo algo. Vi que tenía una birome y hojas y empecé".
Todos estos trabajos de Bertedor se pueden ver durante toda esta semana en la biblioteca de Monte Grande, ubicada sobre la calle Rojas 167, entre las 9 y las 13 horas.
Un artista inclusivo
En diálogo con El Diario Sur, Ernesto Bertedor contó cómo transitó su condición autista cuando era pequeño: "En ese momento no se conocía el autismo. Es una forma distinta de ver, yo me obsesioné con la escultura, la forma, la anatomía. Fui a primer grado y como me costaba mucho aprender me llevaron a una escuela especial, pero en segundo volví a una escuela normal y me costó mucho socializar, hacer amigos y adaptarme".
"A mi me gustaba estar solo, en silencio conmigo mismo, modelar y dibujar, pero siempre lo hice a escondidas", contó el vecino. Y concluyó: "Hay que revisar la forma de educar. El sistema educativo tiene 200 años y hay muchos chicos, como me pasó a mí, que son descartados. A mí me burlaban porque no sabía leer ni escribir, pero conocía toda la anatomía de la mayoría de los animales. Con 7 u 8 años sabía modelar un caballo a la perfección. Todos tenemos talentos y es necesario que nos den la posibilidad de desplegarlos".
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