La escuela N°22 de Monte Grande realizó un acto en conmemoración al pintor Benito Quinquela Martín, por el que lleva su nombre. Además, contó con la presencia de la sobrina nieta del pintor, Silvina Gregorovich, de 51 años, quien es titular de la Fundación Quinquela Martín.
Monte Grande: la Escuela 22 homenajeó a Quinquela Martín y recibió a su sobrina
La secundaria 22 de Monte Grande hizo un actividad en homenaje a Benito Quinquela Martín, por quien lleva su nombre.
El evento coordinado por la escuela se llevó a cabo este viernes 17 de mayo, y tuvo como invitados especiales a la fundación Quinquela Martín. Silvina brindó unas palabras sobre su tío y contestó preguntas de los chicos, que habían investigado la vida del gran pintor argentino del siglo XX.
La sobrina nieta del pintor, en diálogo con El Diario Sur, comentó: “Nos invitaron para conocer la escuela que tiene como nombre a mi tío. Es un orgullo muy grande. Vinimos a conocer, a dejar unos libros para que tengan en la biblioteca del colegio, y también para experimentar cómo se vive el estudiar y vivir en una comunidad donde Benito Quinquela Martín es una inspiración”.
Además, profundizó en la importancia de su tío y destacó lo que significa para la sociedad argentina: “Benito es una persona muy disruptiva que nos interpela mucho porque fue una persona que no tuvo nada, pero que se esforzó y logró tenerlo todo, pero cuando lo tuvo todo, lo dio todo también”.
Y continuó: “Es una persona que nos enseña a mirar siempre al otro, lo que el otro necesita, y a tratar de inspirar al otro, y a hacerlo crecer. Sin embargo, esos valores están medio estropeados en esta época. Es un ejemplo de vida. Los valores que él nos dejó hablan mucho de cosas que hoy están en desuso”.
Respecto a los aportes del pintor hacia la sociedad, Silvina opinó: “Dejó un legado muy importante. Cualquier persona que ve un Quinquela acá, o en cualquier parte del mundo, lo reconoce porque tiene un estilo propio y un pintar La Boca que es único”.
Por su lado, la sobrina también recibió un legado importante: “A nivel personal nos dejó una responsabilidad enorme en esforzarnos por dar a los demás, por ayudar a los otros a que crezcan”.
La emoción de la comunidad escolar
Según contó la directora de la escuela, Carmen Iturra, de 53 años, el nombre surgió a decisión de los alumnos de la institución por la importancia que representa para ellos: “Los chicos saben perfectamente de quién se trata. Es un orgullo enorme el respeto que tuvieron los alumnos. Todos mostraron sus trabajos, hicieron preguntas y fue todo muy lindo.
“Para mí es un día maravilloso. Me emociona estar acá. Ayer cumplí 35 años de carrera, y 9 años en esta institución, y cada cosa que pasa, que emociona a los chicos, representa un montón para mí. Estoy muy orgullosa de mi trabajo, y de cómo disfrutan los chicos y los profesores”, manifestó emocionada la directora.
Incluso, los alumnos demostraron el potencial que tienen como artistas con la ayuda de la profesora de educación artística, Lorena Inguscio, de 45 años, quien organizó la realización de una pintura que cubre gran parte de la pared del patio de la escuela.
“Participaron los chicos de quinto y sexto año de las orientaciones de Comunicación y Arte Literatura, con los que elegimos el boceto y, mediante un proyector, lo pusimos en la pared, y empezamos a trabajar las primeras líneas”, explicó la profesora.