Nadadores de Luis Guillón intentaron cruzar a nado el Río de la Plata: "Fue solo el primer capítulo"

Las condiciones climáticas fueron un problema desde el principio. Así lo especificó Ortiz en diálogo con El Diario Sur, al remarcar que el "río parecía un auténtico lavarropas". "Poco antes de salir teníamos una reunión previa. Era el jueves en Capital, donde nos informarían el procedimiento, y como el clima no se veía favorable, se suspendió. Ya eso marcaba problemas. El informe meteorológico, a su vez, era de tormentas eléctricas y, como consecuencia, nos modificaba toda la logística de estadía y pasajes", relató.

Ortiz y su compañero iban a realizar el trayecto inverso, saliendo desde Colonia, en Uruguay, para arribar a Punta Lara, en Argentina. "El mismo día que se suspendió la reunión, a la noche, cuando salgo de entrenar, recibí un mensaje de mi entrenador que me decía que iba a cruzar el sábado. Y eso implicaba otra vez cambiar toda la cabeza, de nuevo revivir la estadía y los pasajes para viajar ese viernes", señaló.

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Sin embargo, hubo inconvenientes de embarque en Buquebus y todo derivó en un retraso mayor. "Aún así el río estaba bien, tranquilo, y hubiese sido mejor que se dé ese día la travesía", comentó. El día siguiente fue más complicado. "Nos levantamos a la 3 el sábado para desayunar y ponernos la mallas. A las 4 ya estábamos en el puerto de salida y la situación era de viento muy fuerte y se retrasó la largada hasta las 6.40", indicó.

Travesía truncada

Eso generó una espera importante. "La verdad que no fue cómodo todo ese rato, ya que el viento y los nervios eran mas fuertes y empezaban a incomodar", indicó. Y añadió: "Cuando llegó la hora de partida, subimos a las embarcaciones donde nos trasladaron al punto de salida, a unos dos kilómetros. Y el rio ya se mostraba muy movido, con olas muy altas".

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"Dieron la partida y nos tiramos de la embarcación, empezamos a nadar y todo iba bien. Pero empezaron a surgir algunos problemas. La verdad que el traje de natación no fue una buena opción, y eso ya me incomodaba, a lo que se agregó que las olas fuertes no me dejaban acomodar la brazada como correspondía", señaló.

Después de una hora de natación se empezó con la hidratación, algo clave que implica ayuda de los compañeros fuera del agua. Y las circunstancias fueron adversas de entrada. "Al poco tiempo mi compañero comenzó con los vómitos. El mantenía un mejor ritmo, pero después de dos horas, más los vómitos, el mensaje que nos decían, cada vez que parábamos a hidratarnos era que no estábamos avanzando", analizó el Tanque.

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Decisión tomada

Por eso, un rato después, se tomó la decisión. "Ornela, la novia de Matías, quien nos estaba acompañando en la embarcación para hidratarnos, nos dijo que subamos, con todo el dolor del mundo, ya que ella también es nadadora y nos conoce muy bien. Sabe que no soltamos por nada. Miré a mi compañero y su semblante no era muy alentador, a su vez a mi también me comenzaron las nauseas, así que la dura decisión fue dar por terminada la travesía", recalcó.

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Luego de la excursión a los nadadores los trasladaron al Hospital de Punta Lara para revisarlos y constatar que estaba todo en orden, ambos con el lamento de no haber podido completar el desafío. "Lo que más lastimado teníamos era el ego. Ahora sabemos más que nunca que el tema del clima es muy importante y hay que tenerlo muy en cuenta para cuando retomemos el desafío", afirmó.

"El refugio que tengo es mi familia y los mensajes de apoyo y aliento son lo que hoy en día me hacen decir que vamos a ir por el segundo capítulo de esta historia", cerró.