Mientras se disputa el Mundial de Clubes en Estados Unidos, a pocos kilómetros de allí, en República Dominicana, se desarrolló el mismo certamen pero para la categoría de menores de 13 años. Y allí sorprendió River, que se llevó el título de la mano de Lucas Altamirano, oriundo de Monte Grande, que se erigió en una de las figuras del plantel para disfrutar de la gloria.
Juvenil de Monte Grande fue campeón con River en el Mundial de Clubes en Punta Cana
Lucas Altamirano, de Monte Grande, se consagró campeón con River en el Mundial sub 13 que se disputó en República Dominicana. Es de Amigos de La Morita.
El Millonario avanzó a paso firme durante toda la competencia y se subió a lo más alto del podio luego de derrotar a Alajaluense de Costa Rica por un contundente 4 a 0, completando un calendario superlativo en el que se ganó todos los compromisos y apenas se recibió un gol en contra.
El joven de Esteban Echeverría aportó tres tantos, uno de ellos de vital relevancia en las semifinales, cuando se superó por un ajustado 2 a 0 a Plaza Amador de Panamá, la gran sorpresa del campeonato.
"Fue un torneo muy lindo, importante y a él particularmente le fue excelente porque tuvo asistencia perfecta en todos los juegos", señaló Alejandro, el padre de Lucas, en diálogo con El Diario Sur, en tanto que en el plano general recalcó que "todos fueron partidos duros, muy difíciles". "En el balance se trató de un viaje único, inolvidable para él y también para nosotros como padres que lo vivimos a la distancia. La realidad es que estamos felices por cómo le fue a los chicos", sentenció.
Al ser consultado cómo fue observar el torneo vía televisión, afirmó: "Pudimos ver todos los partidos en vivo y en directo. Y estábamos ilusionados, ansiosos, y siempre esperando el momento de los partidos. Por suerte los resultados iban acompañando a medida que iban avanzando y nosotros acá nunca rompimos las cábalas". "Como familia es una alegría inmensa. Cuando ganaron la final la primera reacción que tuvimos fue la de abrazarnos y llorar de la felicidad", indicó, sobre cómo lo vivieron tanto Alejandro como su mujer y su otro hijo.
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Por lo pronto, al momento de analizar el desempeño, fue certero. "Se enfrentaron a equipos que los hicieron sentir sumamente visitante porque la mayoría de los clubes eran de Centroamérica, y tenían mucha gente", indicó. Y entre los momentos que valoró estuvo el rendimiento en cuartos de final, cuando tocó chocar con el Inter de Miami, con un Messi en el plantel, Thiago. "Le ganaron bien, 4 a 0, contundentes, muy bien ganado. Jugaron contra el hijo del mejor del mundo, y fue inolvidable", señaló.
Y completó sobre el torneo: "River acostumbra a festejar ahora y ya dar vuelta la página y seguir y porque el martes retoman el entrenamiento a seguir rompiéndose el lomo para lo que continúa en el próximo fin de semana, ya que ellos pelean el torneo AFA de la categoría".
Trayectoria en la región
El joven, que lleva ocho temporadas en el club de Núñez, y que ya disputó otro certamen de este calibre hace dos años, en Italia, ahora revalidó credenciales en la categoría sub 13, la primera de las vinculadas a la formación profesional, la gran vidriera que significa para el futuro con la pelota número 5.
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Pero más allá de la representación en el Millonario, Lucas no olvida las raíces en Esteban Echeverría, donde disfruta cada vez que le toca aparecer en escena en su institución de futsal, Amigos de La Morita. "Tiene los pies sobre la tierra y va paso a paso. El nunca dejó de jugar del club de papi de barrio", aclaró el papá en relación a la entidad que compite en la Federación de Fútbol Infantil y Juvenil de Esteban Echeverría (Fefije).
En ese sentido, comentó: "No confunde lo roles ni los tantos. Cuando juega en el club de barrio lo disfruta, usa su ropa, respetando rivales, es un pibe del montón, normal. Va y acompaña a sus compañeros. La prioridad la tiene River, pero los sábados en el club lo termina disfrutando. La obligación está durante la semana, con la comida, la rutina, el descanso, pero en el club de barrio es otra cosa".
Y añadió: "Este es el último año en Papi y por eso lo disfruta al máximo, porque en un click se pasa todo el fútbol infantil de la nada. En su momento él jugó en Parque Chas, de River, que fue hermosa experiencia, con gente increíble, pero también necesitaba un poco del barrio, de soltura, no viajar tanto, y por eso está en este club en El Jagüel".
Por último, el padre, valorando ese vínculo con la región, remarcó: "Este es el futuro de él, no el nuestro. Tanto yo como la madre tenemos que colaborar, yo no me quiero salvar con mi hijo, que lo haga él, sea en el fútbol, en el estudio o donde sea".