El grupo de protección animal "Por Ellos" de Ezeiza rescató a cuatro cachorros que estaban encerrados dentro de una bolsa en un freezer viejo, en la casa de una mujer. Además, dieron con la perra madre, que tenía signos de maltrato animal.
Mariángeles, una de las voluntarias del grupo, dialogó con El Diario Sur, y dio detalles de la situación. “Nos llamaron y en media hora pudimos sacar a los perros. Estaban metidos en dos bolsas dentro de un freezer apagado”, explicó y agregó: “Había una persona trabajando en este domicilio de una mujer, sintió el llanto como si fuera de un bebé, abrió el freezer, vio eso y se fue espantado. Él fue quien me avisó y una de mis compañeras se acercó a rescatarlos”.
Los animales se encontraban en un domicilio ubicado en la calle Derqui, en el barrio El Tala de Ezeiza. Allí, una de las seis integrantes del grupo Por Ellos se hizo presente y logró rescatar a los cachorros. Posteriormente, Mariángeles se dio cuenta que faltaba la madre y fue ella quien se abocó a la tarea de recuperarla. “Los perritos tenían el cordón umbilical así que supuse que la madre también estaba en el lugar. Me acerqué al domicilio, la dueña me mintió, le pedí que me la dé, hubo una situación de agresión hasta que me permitió entrar y llevarme a la perra”, contó la mujer que hace 10 años se dedica al rescate y tránsito de animales.
“La perra estaba desnutrida, con claros signos de maltrato. Es una ovejero belga. Cuando la vi estaba hecha una bolita y dudé de la raza que era. Igualmente por fuera está entera, pero está dañada por dentro. Tiene un sangrado permanente y no se la puede operar”, detalló Mariángeles.
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Asimismo, la perra, que se encontraba moribunda, reaccionó al reencontrarse con sus cachorros, pero no los puede alimentar, así que los perritos están recibiendo alimento mediante mamaderas y se encuentran fuera de peligro.
La labor de "Por Ellos"
El grupo de rescate Por Ellos de Ezeiza (@porellosezeiza) funciona hace más de 10 años y durante esa década han rescatado y dado tránsito a más de 100 animales de Ezeiza y Esteban Echeverría. Sin un lugar físico y con todo a pulmón, la labor proteccionista se hace cuesta arriba, pero agradecen el apoyo que les brindan los vecinos y personas que colaboran con el cuidado y rescate de los animales. “Tenemos una veterinaria de cabecera que nos ayuda muchísimo, pero al día de hoy tenemos una deuda de 600 mil pesos con ellos”, cerró Mariángeles.
