En el ámbito artístico hay obras que con sólo verlas, uno sabe perfectamente quién es su autor, aún si no llevan su firma. Eso pasa con las caricaturas de Luis Ordóñez. Es el resultado de más de 40 años de trayectoria, de práctica, de constancia y de una técnica que se perfeccionó cada vez más, a tal punto que este dibujante de Lanús llegó a ser considerado el mejor caricaturista del mundo.
De Lanús al mundo: Luis Ordóñez, el rey de las caricaturas que llegó al Louvre de París
Autor de un estilo único, pasó por las mejores revistas del país, tuvo un paso exitoso por la televisión y en Francia lo distinguieron como el mejor en su rubro. Nunca se despegó de Lanús, su ciudad natal.
Si bien él mismo reconoce que la práctica fue fundamental, lo cierto es que el talento de Ordóñez lo acompaña prácticamente desde que tiene memoria. En su escuela, ubicada en Hipólito Yrigoyen 4519, Luis recibió a El Diario Sur para revivir este largo y exitoso camino que lo paseó por revistas, figuritas, televisión y el mismísimo Museo de Louvre en París.
“Todo esto nace desde muy chiquito. En la escuela primaria no creían que hacía los dibujos yo, entonces llamaban a mi mamá para decirle que por favor no me haga los dibujos. Obviamente mi viejita no dibujaba nada, entonces yo tenía que demostrarles a las profesoras que los hacía yo. Ahí empezó esa inquietud de que me salía algo que a otros no, pero a mí me gustaba la caricatura”, le dijo a este medio sobre sus inicios.
Primero empezó a dibujar a su familia, a sus amigos y a sus profesores. La buena crítica lo envalentonó para mostrarle al mundo lo bien que dibujaba. “Me presenté en la Revista Radiolandia 2000, donde no había dibujantes ni dibujos, y tuve la suerte de que me atendiera el director, Francisco Loiácono. Vio los dibujos, llamó a un fotógrafo y a un periodista para que me saquen fotos a mí a y mis dibujos, y dijo ‘sale una nota en página central de Luis Ordóñez’”, recordó el dibujante de Lanús sobre su puntapié artístico.
Lo que siguió fue una carrera en imparable crecimiento. Gerardo Sofovich lo llamó para hacer las caricaturas de Polémica en el Bar, La Peluquería de Don Mateo y Operación Ja Ja, integró el programa Todos los Goles y pasó por las mejores revistas del país. Su repercusión nacional lo hizo cruzar fronteras para hacer exposiciones en el exterior y fue así como llegó a la cúspide: “En el salón Saint-Just-Le-Martel de Francia fui elegido como el mejor caricaturista del mundo en 2012 y en 2019. Y tuve la suerte ese mismo año de exponer en el Museo del Louvre, donde por primera vez expuso un artista contemporáneo y caricaturista en un museo tan emblemático”.
En tantos años de trabajo, cientos de personalidades fueron convertidas en caricaturas de Ordóñez. En la región hubo varios: Eduardo Duhalde, Néstor Grindetti, Manuel Quindimil, Horacio Accavallo, Sandro, Diego Maradona, etc. “En cualquier momento vamos a dibujar a Insaurralde”, avisa.
Justamente con Maradona tiene varias anécdotas, ya que lo dibujó siete veces. El Diez quedaba tan fascinado como Luis. “Le encantaban las caricaturas. La primera vez que lo vi en el programa Todos los goles, no podía creer que estaba él ahí. Me acuerdo cuando fue con Bilardo. Me dijo por favor, 'no lo hagas de perfil', ja. Creo que de todos los que he dibujado, es uno de los que más emoción me hacía sentir. Me temblequeaba un poquitito el pulso”, admite Ordóñez.
En un momento de su vida, el caricaturista de Lanús se embarcó en el desafío de enseñar su talento. Durante más de 30 años lo hizo de manera presencial en la "Escuela de Dibujo de Luis Ordóñez", en pleno entro lanusense, y hoy lo hace de manera virtual hacia todas partes del mundo. Desde un principio siguió el consejo de su padre: “Con toda su sapiencia me dijo 'si vos enseñás todo lo que te hubiese gustado que te enseñen y que no conseguiste en ningún lado, y das todo sin guardarte nada, te va a ir bien'. Ya hace 35 años que tenemos esta escuela y estamos felices de que todo esto haya sido a partir de ese primer día que fui a Radiolandia”.
A pesar de haber tenido varias propuestas para trabajar en el exterior, Ordóñez tiene bien presente de dónde salió y adónde quiere ir: Lanús fue la cuna de su talento y definitivamente es su lugar en el mundo. “Me siento profeta en mi tierra. Me han dado el título hermoso de Ciudadano Ilustre de Lanús y amo entrañablemente esta ciudad. Mis hijos nacieron acá. Pienso quedarme aquí, tenía muchas posibilidades de ir afuera pero me tira mucho Lanús, más cuando hay gente que apoya lo que hacés”, cerró.