A metros de la sede de Independiente, en Mitre 470, ayer se desarrolló una cruenta batalla entre las dos facciones de la barra que intentan quedarse con la tribuna del Libertadores de América, y con ello con el suculento negocio de la cancha, ahora que vuelve el público a los estadios. Y durante varios minutos se vivió una situación de terror que comenzó con piedrazos y siguió con golpes de puño y terminó con disparos de armas de fuego.
Tiroteo entre la barra de Independiente: la historia de la interna
Dos facciones de la barra de Independiente se cruzaron ayer en la sede mientras renovaban los carnets. Qué hay detrás.
De un lado estuvieron enfrentados desde 2013 el grupo de Pablo Bebote Álvarez con el de su ex aliado César Loquillo Rodríguez. La pulseada la ganó Bebote, quien condujo la barra hasta que cayó preso en octubre de 2017. La dirigencia encabezada por Hugo Moyano decidió cortar relaciones. Y durante un tiempo, la tribuna del Rojo se pareció algo similar a una fiesta de hinchas comunes.
Ambos bandos se fueron fortaleciendo nuevamente: Loquillo Rodríguez rearmó su facción, Somos Nosotros, con gente Dock Sud, mientras que del otro lado los que tomaron la posta fueron Juan Ignacio L. y Roberto I,. que juntaron a todos los que habían quedado dispersos y en Villa Domínico se presentaron como la nueva barra de Los Diablos Rojos. Ellos recuperaron los carnets que tenía la facción oficial, cerca de 700.
Tras la pandemia y el no pago de mensual del carnet de socios, ambas facciones tenían que ir a reempadronarse como cualquier socio para poder validar los plásticos antes del regreso del público, que en el caso de Independiente se producirá el 11 de octubre ante Gimnasia.
Previo eso, las alarmas se encendieron durante el fin de semana, donde la facción oficial no pudo colgar las banderas en el estadio contra Godoy Cruz el domingo y la gente de César Rodríguez, con Loquillo a la cabeza, grabó un video mofándose de esa situación y anunciando que a partir de ese momento tomaban el control del estadio.
En ese contexto, empezó la batalla a piedras, puños y balazos. La Policía logró detener a 19 barras y se secuestraron cuatro autos, entre ellos un Mercedes Benz a nombre de Loquillo Rodríguez y un BMW, un arma nueve milímetros con siete cartuchos.