La “Guerra contra la inflación” del Gobierno Nacional va de derrota en derrota. Ante la suba del Índice de Precios al Consumidor (IPC) de 4,7% en febrero y un valor que se calcula mayor para marzo, el secretario de Comercio, Roberto Feletti, centró los cuestionamientos sobre grupos de empresas que dominan el sector supermercadista. Y se inició una cruzada para “retrotraer” los precios al pasado 10 de marzo.
La "guerra contra la inflación" en la región: comerciantes sufren los remarques de precios y advierten que baja el consumo
Luego de la suba del 4,7% que tuvieron los precios en febrero, en marzo se espera un monto igual o mayor y la Secretaría de Comercio busca volver al 10 de marzo
La medida provocó que se alzaran voces a favor y en contra de la misma. El Diario Sur dialogó con almaceneros y economistas para explicar cómo conviven con los aumentos desde adentro y qué se puede esperar en materia de precios en los próximos meses.
Fernando Savore, presidente de la Federación de Almaceneros de la provincia de Buenos Aires (FABA) explicó que su sector no tiene demasiado margen de maniobra e incidencia en este contexto inflacionario. “Nuestro trabajo como almacenero es ir al mayorista, ponerle un precio para que nos sea rentable y venderlo. Quien puede especular es quien maneja la mayor parte de la cadena de la mercadería, como mayoristas y fabricantes”, advirtió.
“Los aumentos comenzaron a partir del 2 de enero con incrementos del 15%. A finales de ese mes nos reunimos con el secretario Feletti y le mostramos boletas actuales y anteriores de los mayoristas para que vea el abuso que sufríamos”, se lamentó Savore, desalentado por el panorama a futuro: “Me preocupa la inflación de los próximos meses porque si no paramos esto vamos camino a una estanflación. El billete de $1.000 perdió el 50% de su valor y eso hace que veamos bajas en las ventas porque de una semana a la otra con esa plata se puede comprar cada vez menos”.
La devaluación del peso es algo que también percibe Marcelo Andrade, dueño de un autoservicio de Luis Guillón y presidente del Centro de Almaceneros de Esteban Echeverría. “La gente compra por la misma plata que antes, solo con la diferencia que si antes llevaba dos unidades, ahora lleva una; el que compra un kilo, ahora lleva 500 gramos”, graficó Andrade. Y estimó: “En lo que va del año calculo que los alimentos aumentaron un 20% fácil. Yo tengo esperanzas que todo se empareje, que las empresas entren en incertidumbre y empiecen a lanzar ofertas”.
Si bien para la analista económica Eugenia Rodríguez “la inflación siempre es un fenómeno multicausal”, la integrante del Centro de Económica Política Argentina (CEPA) se anima a trazar una hipótesis sobre a qué se debe el aumento constante de precios en los alimentos: “En los últimos meses, se pudo ver que lo que más incide es lo no regulado, como lo son las frutas, carnes y cualquier otro producto que esté por fuera de programas del gobierno. Si vemos la inflación punto por punto, las frutas y carnes son lo que más aumentaron en el rubro alimentos”.
Opiniones diversas ante la medida del gobierno
La apuesta de la secretaría de Comercio de retrotraer precios al 10 de marzo es todavía una incógnita en la práctica. Para Fernando Savore, “no es la forma” dado que “hoy en día los los monopolios son más fuertes que el propio gobierno e ir a pelear contra ellos es como apagar el fuego con nafta”. Por su parte, Marcelo Andrade cree que “va a ser difícil que el gobierno pueda retrotraer los precios” y agregó: “Si aumentan los impuestos, el combustible y los servicios, dudo que los empresarios quieran volver para atrás. Hay que tener en cuenta que en enero también se pagaron las cargas sociales de los sueldos con aguinaldo y en muchos casos las vacaciones”. La economista Eugenia Rodríguez, en cambio, es optimista con la medida siempre y cuando se realice de manera coordinada: “Depende mucho de cómo se haga la articulación entre secretaría de Comercio, ministerio de Agricultura y ministerio Productivo a la hora de tener fuerza de poder implementarlo. Más allá de la intención del gobierno, lo importante es que en las mesas de reunión se puedan concretar los acuerdos”.
El impacto de la inflación en los almacenes
Los comercios de cercanía están atados a los aumentos de sus proveedores y los almaceneros son testigos de ese proceso. “Hace poco compré una harina conocida de paquete celeste que vendía a $115 y me encontré que en el mayorista estaba $125. Si el Estado me pregunta por qué aumenté la harina, yo le voy a mostrar la boleta de cuánto la pagué. Yo debería ir al mayorista a preguntarle cuánto la pago. Y así hasta que se descubra quiénes son los formadores de precios”, comentó Fernando Savore a El Diario Sur. La obligación de retrotraer precios daña directamente al sector. “Un funcionario de la secretaría de Comercio nos dijo que iban a controlar a los almacenes y a nosotros nos dolió mucho”, se lamentó Marcelo Andrade, al tiempo que explicó sus motivos: “Somos humildes y le damos de comer a la gente de barrio, a gente que como no llega a fin de mes le fiamos. Siempre se ataca a los más débiles y nunca a quienes inician los aumentos”.
El problema de los monopolios
Tanto almaceneros como economistas coinciden en que los monopolios de alimentos son un gran factor que incide en el aumento de precio. “Uno de los grandes problemas históricos de nuestro país es que los gobiernos hayan permitido que los monopolios compren las empresas argentinas, ya que hoy 6 o 7 monopolios son los dueños de las comidas de la población”, explicó Fernando Savore al respecto. Y detalló: “El 80% de la mercadería que compramos los almaceneros lo hacemos mediante distribuidoras o mayoristas. Exceptuando las dos empresas lácteas, las dos de gaseosas y las dos cervezas más importantes del país, todo lo demás es a través de esa manera”.
Un punto de vista similar es el que tiene la analista Eugenia Rodríguez. “Algo que incidió también es la concentración de productos en la góndola en las grandes cadenas, donde determinan qué marcas se exhiben más que otras. Desde el CEPA hicimos un informe en el que concluimos que 20 empresas controlan el 74% de lo que se encuentra en una góndola. Esas compañías son las que tienen potestad para fijar precios también”, comentó la economista, que agregó: “Este proceso de concentración índice en la comercialización de los productos ya que muchas empresas especulan con una devaluación. Si no hay competencia, estas 20 empresas pueden determinar el precio de manera sencilla”.