Lentes color de rosa: Salud mental y psiquiatría, por el Dr. Matías Varela

Es un efecto psicológico ampliamente conocido, referenciado infinidad de veces en la cultura popular y experimentado por la mayoria en alguna o mas de una ocasión. A todos alguna vez nos pasó de ver las cosas con anteojos color de rosa. Se trata del sentimiento nostálgico respecto de un tiempo o de una persona en nuestras vidas que está a punto de terminar, incluso si fue miserable.

Son los últimos días en un trabajo al que acabas de renunciar, o las últimas conversaciones con una persona con la que ya nos dijimos todo y solo queda esperar el desenlace inevitable de las cosas. Esa sensación de alivio que produce la certeza de lo irreversible tiñe nuestra mirada y nuestros balances, ofreciendonos la trampa acogedora de pensar que lo malo no fue tan malo, que al final no era para tanto.

Pero si bien se trata de una trampa cognitiva, no necesariamente significa una desventaja. Aquellos que prefieren ver la vida con mayor objetividad y precisión quizás desdeñen este mecanismo, acusando a quienes lo experimentan de ser excesivamente optimistas o pecar de ingenuos. Sin embargo, en terminos de bienestar personal, está claro que aquellos que pueden interpretar positivamente los eventos en su vida tienden a ser mas felices que aquellos que no.

Existe evidencia tanto empírica como anecdótica de que aquellas personas característicamente “mas felices” responden de forma distinta ante eventos y citaciones que aquellas “menos felices”. De la misma forma, cuando nos entrenamos para interpretar la vida de forma positiva, podemos alcanzar mayor bienestar en el futuro y tomar decisiones que nos permitan sostener y consolidar ese bienestar.

Ante la inevitabilidad del cambio, cuando se acerca el fin, a veces nos encontramos con estos momentos de mayor relajacion, menos ansiedad y menos reactividad. Quizás haya que aprovechar que por una vez, la vida nos ofrece llevar puestos lentes de color rosa, y disfrutar del paisaje.

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