San Vicente es la tierra de los desfiles del 25 de Mayo y del Día de la Tradición, con los gauchos a caballo y las escarapelas sobre los guardapolvos de los chicos; es la tierra de las fiestas de la Mozzarella y de la Miel, que reciben miles de visitantes que se acercan a respirar el aire tranquilo del pueblo; es la tierra del payador Indio Bares y del poeta gauchesco Pancho Gandola; es una tierra donde se siente la tradición. Sí, todo eso, y también es la tierra de Halloween.
¿Por qué Halloween es furor en San Vicente?
El festejo de Halloween viene adquiriendo cada año una masividad inesperada en San Vicente a comparación con otras ciudades.
Este jueves, como viene ocurriendo cada 31 de octubre después de la pandemia, las calles de la ciudad se llenaron de chicos disfrazados, acompañados por sus padres, pidiendo caramelos por los comercios. Las veredas de Sarmiento y 25 de Mayo eran, literalmente, un mar de niños.
Fantasmas, esqueletos, cortes, sangre, brujas, monstruos, cuchillos… ninguno de los disfraces típicos quedó afuera. Aunque también hubo lugar para apropiaciones sanvicentinas: jugadores de fútbol con una máscara de Messi, princesas, piratas, súper héroes, taekwondistas… todas caracterizaciones que están lejos de la “Noche de Brujas” estadounidense que llega a nuestro país a través del cine de Hollywood.
Lo cierto es que cada año la cantidad de asistentes crece más y más. A los comercios ya no los agarra desprevenidos: la mayoría prepara bolsas de caramelos para entregar y muchos se suman con decoración. Para los cotillones es la fecha del año en la que más trabajan.
¿Cómo se arma semejante movida? En principio, de forma espontánea y por efecto contagio. Por los grupos de WhatsApp de los grados corre la iniciativa y generalmente una madre sale con varios chicos del mismo grupo. Los disfraces evidencian una dedicación en familia para su confección.
Lo notable es que no hay ningún incentivo institucional. Ni las escuelas ni el Municipio preparan actividades especiales por Halloween. El terror se expande por sus propios medios. Este jueves, el intendente Nicolás Mantegazza fue abordado cuando salía de su oficina por los chicos y tuvo que mandar a buscar caramelos para que su secretaria, Patricia, pueda cumplir con la demanda. Las selfies no faltaron.
Una de las dudas que quedan flotando en el aire es por qué en San Vicente sí y en otro lugares no, al menos en la misma medida. Las fiestas y actividades por Halloween se popularizaron desde hace años en el país, pero, al menos en el conurbano sur, no se ve que el festejo adquiera la msima masividad que en San Vicente. ¿Será por una mixtura entre los lazos sociales fuertes que caracterizan a la vida de pueblo con ciertas libertades cosmopolitas que permiten la cercanía a la Ciudad de Buenos Aires? Lo cierto es que los sanvicentinos se apropiaron de Halloween y lo hicieron propio, a su modo.
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