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Un nuevo informe alertó sobre la presencia de arsénico en el agua de la región

En el “mapa del arsénico” elaborado por una universidad privada, San Vicente se encuentra por encima de los niveles recomendados por la OMS.

Un informe presentado por el Instituto Tecnológico de Buenos Aires (ITBA) volvió a poner en debate la cuestión sobre los niveles de arsénico que tiene el agua en la región que incluye a San Vicente. Los datos que se muestran en el trabajo realizado por la universidad privada señalan que la presencia en el agua de este elemento químico natural a nivel local, está varias veces por encima de lo que recomienda la Organización Mundial de la Salud.

La contaminación por arsénico tiene un origen natural y es un problema de larga data. Los niveles detectados suelen mantenerse relativamente estables con el tiempo y pueden variar según la profundidad del pozo que abastece al hogar: en general, a mayor profundidad, la concentración tiende a ser menor. La exposición continua y prolongada a este enemigo silencioso –que únicamente se puede percibir en análisis de laboratorio- puede provocar diversas afecciones en la salud, algunas de carácter grave.

El ITBA elaboró un mapa del arsénico a través de muestras enviadas por voluntarios desde todo el país. Allí se pueden visualizar las diferentes muestras analizadas en el laboratorio: las que no superan los 10 microgramos de arsénico por litro o 10 partes por billón (ppb) están en verde, de acuerdo a lo normado por la OMS. En amarillo figuran las que tienen entre 10 y 50 ppb, mientras que por encima de esos valores quedan teñidas de rojo.

San Vicente está en rojo. Hay 15 muestras de agua de pozo que presenta el informe. La de menor arsénico dio 65 ppb, la de mayor 221 ppb. El promedio entre todas las muestras da 154 ppb. De la localidad de Alejandro Korn no hay datos, tampoco de Domselaar. En otras localidades como Cañuelas, Monte, Lobos, Las Heras, Lobos y Máximo Paz también se ven círculos rojos. Brandsen y Canning, en Amarillo. De las ciudades vecinas del Conurbano no hay información.

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Las respuestas de las autoridades

La preocupación por la presencia del arsénico en el agua de San Vicente lleva largos años y fue reconocida por las autoridades. En ese marco, en 2017 la empresa ABSA, encargada de la provisión de agua en el interior bonaerense, puso en marcha un plan de obras para “bajar los niveles de arsénico presentes en la red de distribución de agua potable”, según se informó en aquel momento. El primer trabajo fue una perforación al lado del tanque maestro de las calles Maipú y Rappallini. El objetivo era llegar a extraer agua del acuífero hipo-puelche, donde no hay arsénico. En ese momento se anunciaron otras obras complementarias con el mismo propósito. La empresa también tendría la posibilidad de “producir” agua en Alejandro Korn, donde el arsénico tendría menos incidencia.

Consultados por El Diario Sur, desde el Municipio de San Vicente, en tanto, informaron que los datos sobre la composición química del agua los tiene ABSA, que es el prestador. Desde la comuna realizan análisis del agua superficial, pero no de los pozos que corresponden a la empresa.

En cualquier caso, los posibles efectos del arsénico no afectan solo a los clientes de la empresa de agua bonaerense, sino también a quienes consumen “agua de pozo” a través de perforaciones hogareñas. Según los datos del último censo nacional, de 2022, de los 98 mil habitantes que se registraron en San Vicente, 43.737 tienen acceso a la red pública de agua corriente, 47.655 dependen de una perforación con bomba a motor y los restantes utilizan otros mecanismos como los pozos y las bombas manuales.

Un problema que afecta a gran parte del país

La ingesta sostenida de arsénico incrementa el riesgo de padecer un cuadro clínico denominado Hidroarsenicismo Crónico Regional Endémico (HACRE). Su falta de tratamiento genera patologías como el cáncer de pulmón, cáncer de laringe, tos crónica y/o persistente y fibrosis pulmonar, según explica el ITBA.

La contaminación por arsénico es natural e histórica. Los valores cuantificados no cambian demasiado con el tiempo y pueden variar según la profundidad del pozo del cual se nutre el domicilio: a mayor profundidad es posible que disminuya la cantidad.

El Mapa de Arsénico del ITBA, bajo la responsabilidad del Dr. Jorge Daniel Stripeikis, ofrece una visión detallada de la distribución de arsénico en reservorios de agua subterránea y superficial a lo largo de la Argentina. En su sitio web dan detalles de cómo acercar muestras para que las analice el laboratorio.

“La contaminación por arsénico es mayoritariamente natural y obedece a fenómenos que se produjeron hace millones de años. En nuestro país, las áreas geográficas más damnificadas con este fenómeno son el 70 por ciento de la provincia de Buenos Aires, particularmente lo que es el corredor de la ruta 5 y también zonas aledañas a Mar del Plata”, detalló Stripeikis.

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