El padre Francisco Rocchio, quien durante 27 años estuvo al frente de la parroquia San Vicente, cumplió 84 años y lo festejó junto a amigos de la comunidad que lo acompañaron a lo largo de su vida pastoral. En una reunión íntima en la casa de una vecina que se encargó de adornar con globos dorados y guirnaldas, le cantaron el “feliz cumpleaños” y, entre charlas y sonrisas, compartieron la tarde y noche del viernes.
El padre Francisco de San Vicente celebró sus 84 años junto a la comunidad
El sacerdote festejó sus 84 años junto a la comunidad que lo acompañó en San Vicente. Estuvo 27 años al frente de la parroquia de la localidad.
Francisco nació en Italia y en 1957, con apenas 16 años, llegó a la Argentina para instalarse en Lanús con un pariente. Allí empezó a frecuentar la parroquia San José, conducida por el párroco monseñor Juan Hladnik, a quien siempre recordó como un guía entregado a la gente. En ese lugar se sumó a Acción Católica, conoció a una joven llamada Norma con quien tuvo un breve noviazgo, y, de la mano del padre Mirko Grbec comenzó a descubrir su vocación sacerdotal.
Más tarde, con el impulso del padre Oscar Juan Abadié, decidió ingresar al seminario San José de La Plata en 1966. Desde el inicio se convenció de que ese era su camino: estudiar, rezar y prepararse para servir. Se ordenó sacerdote en 1974, iniciando una trayectoria que ya supera los 50 años de vida sacerdotal.
Sus primeros pasos fueron en Lanús, en la parroquia San Judas Tadeo. Luego estuvo en Nuestra Señora de los Remedios, en Remedios de Escalada, y también en Ezeiza, como vicario parroquial junto al padre Hugo Ibáñez. Durante ese recorrido bautizó a Federico Piserchia, quien luego lo reemplazaría en la parroquia San Vicente Ferrer, adonde llegó en 1990 y se quedó hasta su retiro en 2017, 27 años después.
Francisco siempre destacó la calidez de los argentinos. Cuando llegó, le sorprendía la costumbre de que los vecinos, practicantes o no, quisieran recibir en sus casas la visita del cura: “Les gustaba que el padre fuera, se sentían honrados y lo comentaban con los vecinos”, recuerda.
La actualidad del padre Francisco
Al cumplir 75 años, la ley eclesiástica lo convirtió en sacerdote emérito: ya no podía ser párroco ni tenía la obligación de las tareas cotidianas. Por eso consideró conveniente mudarse a la casa de una familia amiga en San Vicente. A pesar de tener una familia numerosa que vive en su mayoría en Estados Unidos y de que muchas veces le propusieron irse con ellos, eligió quedarse: “No quiero molestarlos. Me gusta la familiaridad de la gente de San Vicente, todavía con costumbres de pueblo y muy amistosa”, explicó.
Hoy, ya retirado, dedica sus días a leer, a mantenerse informado sobre la actualidad y a seguir las transmisiones de las misas del arzobispo de Buenos Aires, Jorge García Cuerva.
En su cumpleaños número 84, el padre Rocchio sigue siendo un referente cercano para los sanvicentinos y dejó un mensaje claro: “Tener fe en Dios, hacer el bien a todos y el mal a nadie, ni siquiera a los antipáticos”.
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