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Recuerdo y emoción: el vecino de San Vicente que recibió el Torino que había sido de su padre

Miguel Tiraboschi recuerda la sorpresa de 2017 y actualiza su historia: le colocó al auto los repuestos originales y sale a pasear por San Vicente.

"Dentro de poco me va a ver todo el mundo en el Torino por San Vicente", advertía hace tres años atrás ante El Diario Sur el empresario Miguel Tiraboschi. El vecino de 48 años había recibido de manos de su familia un regalo que había estado buscando durante décadas: el Renault Torino que había pertenecido a su padre, el fallecido Arlingo “Loli” Tiraboschi. En ese vehículo Miguel vivió algunos de los momentos más felices de su infancia. Y ahora los replica cada fin de semana.

“Siempre que el tiempo está lindo salgo a dar vueltas. El auto funciona espectacular y yo arriba voy chocho, re contento”, señala en 2020, ya convertido en abuelo. Además de los cambios familiares, el viejo Torino que dos amigos de Miguel encontraron en un galpón cubierto de tierra también sufrió una revolución: el empresario se avocó comprarle todos los repuestos originales que consiguió para dejarlo como nuevo.

“Entre diciembre de 2017 y diciembre de 2019 lo tuve parado en un taller. Menos el motor que estaba entero, le hice prácticamente todo y con repuestos originales: tren delantero, caja, diferencial, bujes, tanque de nafta, paragolpes, filtros de aire, la bocha de la palanca de cambios, las llantas nuevas, el tablero, el volante y hasta el cricket”, enumera Tiraboschi. Y admite que hizo una inversión “importante” para acondicionar el auto con la ayuda de un experto en el tema que puede conseguir lo que parece imposible.

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El vecino de San Vicente en su Torino.

El vecino de San Vicente en su Torino.

Miguel dice que no es un clásico fanático de los autos antiguos. No le interesan otros modelos clásicos: solo quiere el que perteneció a su padre. “Quedó muy lindo y me han ofrecido mucha plata, pero ni loco lo vendo, no tiene precio para mí. Hasta que me muera lo voy a tener”, sostiene.

Por el consejo de mecánicos y la experiencia de una bobina rota, aprendió que debe usar el Torino tan seguido como pueda para que no se deteriore. “Lo empecé a usar mucho y anda espectacular. Los fines de semana doy vueltas por la ruta, una vez me fui a Chascomús. Es hermoso: los motoqueros te saludan, los camioneros te tocan bocina”, describe. Y se le adivina la misma sonrisa que tuvo de niño, cuando el que manejaba era su padre.

La historia de un obsequio increíble

Miguel Tiraboschi es un empresario de San Vicente, dueño de las carnicerías San Agustín. Su padre, “Loli”, falleció cuando él tenía diez años. En ese Renault Torino habían compartido algunos de sus mejores momentos como familia. Tras la muerte del padre, debieron venderlo. Con el tiempo, Miguel se obsesionó con el auto. Llegó a encontrarlo en la década del 90, pero no le alcanzó el dinero para comprarlo. En 2017 su familia y dos amigos le dieron la gran sorpresa. “Cuando lo vi se me cayó el ojete. Esperás algo 25 años y de repente lo tenés en el garaje de tu casa. En este aparato viejo que para muchos no sirve para nada, yo siento que está mi papá”, había contado cuando El Diario Sur dio a conocer la historia.

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