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Una trabajadora del arte de Lanús tuvo que reinventarse: "Estamos desconcertados"

Gimena Novillo Cáceres es una profesora y coreógrafa de danza que durante la pandemia tuvo que reinventarse y dar clases de diferentes formas para poder sobrevivir.

La pandemia azotó muy fuerte a los trabajadores del arte, muchos no pudieron recibir ninguna ayuda por parte del estado y hoy se ven en una situación complicada. Gimena Novillo Cáceres, una profesora y coreógrafa de Lanús, se dedicó toda su vida a la danza y docencia, pero hace un tiempo que esa realidad es imposible de continuar.

Así lo expresó Gimena en diálogo con El Diario Sur: “Muchos alumnos abandonaron las clases por que no podían continuar de formar virtual, la mayoría fueron los grupos infantiles, a los padres se les complicaba pagar la cuota. Pero a pesar de esto, los grupos de adolescente y adultos continuaron".

"Yo tuve que rebuscármelas en esta pandemia, dando clases particulares de danza por zoom, tal vez a personas que quieren dedicarse de forma profesional a bailar ya sea para entrar al UNA (Universidad Nacional de las Artes) o para ingresar al Teatro San Martin. También di seminarios que creía que le podía servir a las personas que estaban tanto tiempo en sus casas, como de elongación y estiramiento”, agregó la docente de danza de Lanús.

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Gimena es una trabajadora del arte de Lanús que nunca pudo volver a su vida habitual

Gimena es una trabajadora del arte de Lanús que nunca pudo volver a su vida habitual

Durante casi todo el 2020, las escuelas de danza debieron cerrar sus puertas y dar las clases de forma virtual. Aunque con las aperturas, a medida que iba pasando tiempo, llegó el permiso para dar clases al aire libre y luego en el estudio pero con un grupo reducido.

Cabe destacar que el Movimiento Federal de Danza (MFD), una organización que nuclea a coreógrafos, bailarines, directores, docentes, investigadores, productores y gestores de la danza de todo el país, consiguió que la danza sea considerada un sector dentro de las industrias culturales nacionales, estatus que hasta entonces no tenía.

El sector está muy movilizado, y logró avances importantes desde principio de año. A nivel nacional se estima que de un total de 450.000 trabajadores de este sector del arte, apenas el 16% trabaja en condiciones de formalidad, el 42% lo hace de manera informal y el 42% en ambas modalidades.

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Sobre las dificultades económicas, Gimena relató: “Mi socio tuvo que ponerse un emprendimiento y vender hamburguesas, siendo un trabajador del arte, porque el alquiler y los impuestos los debíamos seguir pagando. Durante toda la pandemia, solo recibimos una ayuda por parte del municipio de Lanús, en diciembre, luego de presentar muchos papeles nos dieron $20.000, un monto que no alcanza para mucho pero nos vino bien para pagar deudas".

"Hoy estamos desconcertados porque no sabemos cómo vamos a continuar, lo único que esperamos que por lo menos podamos dar clases con grupos reducidos y respetando el protocolo, como lo hicimos el año pasado cuando nos habilitaron a dar clases en el instituto. Nadie habla de los trabajadores del arte y es muy triste la situación”, finalizó la profesora y coreógrafa.

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