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Drama viral: tuvo su pene en el brazo por 6 años y ahora se lo pusieron donde corresponde

"No tener un pene me hizo sentir horrible. Es el peor miedo de la mayoría de los hombres", dijo el inglés sobre su experiencia viral.

En el 2014, debido a una fuerte infección en su sangre, el pene de Malcom MacDonald se cayó. El inglés, que es mecánico, padeció esta horrible infección que hacía que sus dedos y pene se volvieran negros y oscuros. “Cuando vi que mi pene se ponía negro, me asusté mucho. Fue como una película de terror. Estaba en pánico. Sabía que en el fondo lo había perdido“, relató entonces el hombre, sin saber que su historia se volvería viral.

Finalmente, en ese año ocurrió lo que era inevitable: su pene cayó al suelo, pero sus testículos permanecieron intactos. ¿La decisión de MacDonald? Tirarlo a la basura. “Fui al hospital y me dijeron que lo mejor que podían hacer era enrollar el muñón restante y que quedara como un pequeño rollo de salchicha. Fue muy triste”, recordó.

Esta nueva situación lo llevó a una profunda depresión, por lo que comenzó a beber de forma desmesurada. “Durante dos años me sentí como la sombra de un hombre. Mi vida realmente se vino abajo porque no tenía confianza en mí mismo. Tomé mucho. No vi a familiares y amigos, simplemente no quería tener que enfrentarlo “, se lamentó en aquel entonces en diálogo con el medio The Sun.

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Malcom MacDonald, el hombre inglés que se volvió viral.

Malcom MacDonald, el hombre inglés que se volvió viral.

Todo iba de mal en peor hasta que un dato llegó a los oídos de Malcom: el nombre del médico profesor David Ralph, del Hospital Universitario de la Universidad de Londres, más conocido como el “maestro del pene”. El experto le explicó que existía la posibilidad de hacer un injerto en el brazo, al que debería llevar durante al menos dos años, y luego devolver el órgano a su lugar.

"No tener un pene me hizo sentir horrible. Es el peor miedo de la mayoría de los hombres. Pero no en cuestión de sexo, porque ya tenía dos hijos, sino porque se trataba más tener confianza en mí mismo y de cosas simples como usar el baño", contó a un diario inglés.

En ese momento, los especialistas emplearon su brazo para extraer vasos sanguíneos y nervios. De este modo, crearon un pene, con uretra incluida. Se lo implantaron en su brazo para que se formara la piel y el tejido de forma natural antes de colocarlo en su ubicación definitiva.

Este año, tras una cirugía que se prolongó durante nueve horas, recuperó la normalidad y volvió a tener un pene de unos 15 centímetros en el lugar correspondiente.

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