Esteban Echeverría |

Claudio Rissi, el actor y vecino de Monte Grande que se destaca en teatro y televisión

El actor de Esteban Echeverría, Claudio Rissi, habló con El Diario de su experiencia trabajando en El Marginal, que se filmó en la cárcel de Caseros. También anticipó que ya trabaja para una tira de Telefé.

¿Cuándo supi ste que querías ser actor?

Claramente yo quería ser actor a los diez años. Empecé a escribir teatro sin conocer el teatro, y sin conocer el teatro yo quería ser actor, entonces a los diez años empecé a hacer cosas. En la escuela, no me acuerdo si fue a los diez o a los once que me dejaron subir al escenario. Porque me portaba muy mal supuestamente, entonces no me dejaban subir al escenario.

Empezaste desde muy chiquitos, ¿cuál es el recuerdo más intenso que tengas de tu infancia fuera de la actuación?

Yo conocí a mis abuelos maternos a los seis años, y mi abuelo me enseñó a lazar cosas. Yo jugaba en mi casa, pero tenía sogas. Pero el lazo no es de soga, entonces no podía lazar nada. Sigo sin saber lazar, obviamente, pero creo que es uno de los recuerdos más lindos que tengo el de encontrarme con mi abuelo andando por la chacra con él, yendo a buscar choclos para la sopa. No lo pude disfrutar mucho porque vivía muy lejos, pero lo recuerdo mucho. Era un indio grandote, muy flaco, y muy alto.

¿Cuándo hiciste tu primera obra?

Empecé a hacer teatro en el club River Plate, porque me comentaron que había teatro y me hice socio de River para empezar a hacer teatro, y empecé ahí. Después empecé en la Escuela Nacional de Arte Dramático, ingresé al conservatorio, después vino la intervención por el golpe militar. Al año siguiente nos sacaron del edificio y nos cambiaron a otro edificio para que no contaminemos ideológicamente a los ingresantes y estuve ahí tres horas, y lo primero que hicieron fue sentarnos en un aula con pupitres. Había pizarrones, cosas que no entendía. Me sentí vacío ahí adentro. Yo ya ensayaba dos obras, entonces dejé el conservatorio, y me fui a hacer teatro.

¿Te inspiraste en algún actor o personaje que te haya marcado para escribir o actuar?

Yo creo que todos los personajes vivían ya en uno, y uno los va sacando y jugando con ellos. Los que somos actores podemos jugar con ellos, los que no somos actores terminan en el manicomio. Pero yo creo que todos los personajes están en uno, pero uno tiene que tener la confianza para indagarse y traer de sí lo mejor y lo más creativo.

¿Y qué experiencia te llevás de la televisión?

La televisión siempre me estresó mucho hasta que le perdí el temor y empecé a encontrarme con gente que ya me conocía. Yo al principio no me conocía con nadie, no me daba bola nadie, era ir, decir dos o tres palabras, y te ibas. Era muy estresante, y además no había la tecnología que había hoy y era mucho más complicado. Después me tocó hacer un personaje que duró veinte capítulos entonces ahí aprendí mucho, estuve mucho tiempo en el estudio, empecé a tomar confianza, a aprender cuál era el manejo de cámaras, a no tenerles miedo.

Me dijiste que en un rato te ibas a filmar a Telefé, ¿qué trabajo estás haciendo?

Estoy haciendo Amar después de amar que es una tira que tiene Telefé, y se supone que se va a estar viendo a mediados de julio. El elenco es con Mariano Martínez, Eleonora Wexler, la verdad son muchos, tengo miedo a equivocarme alguno.

¿Qué recuerdo te queda de El Marginal?

Fue una experiencia muy buena, muy dura. Filmar adentro de una cárcel no es grato, por más que la cárcel esté cerrada hace muchos años. La parte vieja de la cárcel de caceros fue construida como reformatorio, y sus paredes albergan soledad, desamparo, muerte. Esa energía sigue circulando por esos pasillos, es un poco complejo trabajar ahí. Pero también colabora a las sensaciones de los personajes que uno encara ahí adentro. Pero era un grupo muy interesante. Se trabajó también con gente que había estado presa, con gente de la villa 31.

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