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Vecina de Burzaco pasó de cartonera a empresaria textil: "Me empapé de conocimientos en YouTube"

La vecina trabajaba como cartonera junto a su marido hasta la llegada de la pandemia, cuando debió buscarse un nuevo ingreso. Empezaron haciendo barbijos.

Florencia Barandarián es protagonista de una enorme historia de superación ya que en pocos años pudo dejar de juntar cartones en la calle para tener su propia marca de ropa, Flor de Seda, con la que también está a punto de abrir un local en la localidad de Burzaco, de donde es vecina.

“Flor de Seda nació sin querer, al inicio de la pandemia tuvimos que hacer otra cosa. Lo que se vendía en ese momento eran los barbijos así que vimos una salida en eso”, explicó Flor, en diálogo con El Diario Sur, que junto a su marido Julio, lleva hace cinco años esta marca que se dedica a la venta online de indumentaria femenina.

La vecina de Burzaco trabajó como cartonera junto a su marido durante casi ocho años, desde que se conocieron en el año 2012. El diseño de indumentaria surgió junto con la urgencia de la imposibilidad de salir a la calle por la cuarentena en el 2020. “La práctica me hizo ser quien soy y hacer lo que hoy hago, tenía una herramienta que era YouTube y la usé, me empapé de conocimientos mediante videos ya que no tenía para pagar un curso”, rememoró Flor sobre sus inicios.

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Los comienzos de la vecina de Burzaco.

Los comienzos de la vecina de Burzaco.

“Los primeros momentos fueron súper estresantes y agotadores, era todo nuevo, sigo aprendiendo en el proceso. Tenía mucho miedo de fracasar o de no ser buena”, recordó la mujer que actualmente confecciona diferentes prendas de mujer como polleras, pantalones, abrigos, zapatos, accesorios, pero con los vestidos como estrella.

De empezar a realizar barbijos en su casa, Flor junto a su marido pudieron armar varios talleres en Almirante Brown, que se caracterizan por tener como empleadas a mujeres solteras que son cabezas de familia. A esos talleres llegan los diseños que la vecina idea y plasma en un papel, que luego salen listos para vender.

“Las muestras que luego van a los talles y los pedidos personalizados los realizo yo personalmente en mi taller en Burzaco. Nuestros diseños son muy femeninos, elegantes, sensualmente sutiles”, caracterizó Barandarián, que anhela poder seguir creciendo con su marca y emprender con franquicias en distintos lugares del país.

Por lo pronto, tanto Flor como Julio llevarán adelante un gran desafío en los próximos meses con la apertura de un local en la calle Bozán 348. “Si Dios quiere, para fines de agosto, lo queremos tener abierto al público, pero se nos complica la apertura porque nosotros manejamos logística, producción y manejo de todos los pedidos que hacen online y no llegamos con los tiempos”, aseguró la vecina.

La dura historia de vida de la vecina

Florencia pasó una infancia muy difícil debido a que vivió en un hogar de menores tras el fallecimiento de su madre. “Significó estar con gente desconocida, tener reglas estrictas, con chicos especiales, lidiar con el fallecimiento de mi mamá -el mismo día en el que murió la internaron junto a sus hermano- y no pudimos hacerle ninguna despedida. Nos costó darnos cuenta lo que estaba sucediendo”, señaló la hoy empresaria.

“Yo soy la mayor de tres hermanos, estábamos todos en ese lugar y ser la mayor no solo era una carga física, sino psicológica, ya que ellos al ser se refugiaban en mí, cuando yo también necesitaba alguien en quien refugiarme”, retrató Flor.

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