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Canning: Edgardo Fornero presentó "La Bahía de San Francisco", una novela ambiciosa con su particular mirada

La obra del vecino de Canning y dirigente del gremio bancario abarca 40 años de historia, diferentes ciudades y toca con originalidad la relación entre las grandes empresas y la gente. Su perfil.

Edgardo Fornero es un vecino del country Saint Thomas de Canning, delegado gremial del Banco Hipotecario con más de 50 años de experiencia en el rubro. Hace unos años decidió incursionar en la escritura para “cumplir un sueño” en un libro sobre un tema que ha sido tratado por muchos autores, aunque no con la perspectiva que propone en su obra "La Bahía de San Francisco": la relación entre los empresarios, sus componentes y todo lo que rodea a ese mundo comercial.

Está semana presentó el resultado de ese largo trabajo: la novela “La Bahía de San Francisco”. Es una obra que invita al lector a hacer un recorrido de 30 capítulos, que comienza desde el periodo post Segunda Guerra Mundial y culmina en el año 2015 con un particular suceso en Mar del Plata.

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Para poder comprender mejor la propuesta de la lectura de "La Bahía de San Francisco", Fornero reveló cuál será “el puntapié” inicial que se relaciona directamente con el nombre del libro. “Hace 25 años tuve la oportunidad de viajar a la ciudad de San Francisco (Estados Unidos) porque tenía mucha intriga acerca de la famosa fuga de la cárcel Alcatraz del 1962 y quería conocer si realmente fue así como se narró”, recordó el vecino de Canning. Cuando conoció en primera persona los motivos de ese episodio, empezó el proyecto que se materializó recientemente. “A partir de ahí comencé a desarrollar una idea y terminé armando una historia muy grande que me costó bastante esfuerzo y tiempo”, aseguró en diálogo con FM Extremo.

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“La Bahía de San Francisco” es una ficción “con una serie de datos colaterales” que van sucediéndose entre los personajes. “Es una obra apasionante porque reúne una serie de temas que están muy ligados con la vida de los empresarios y los que viven de los empresarios, que a su vez son manipulados por ellos de alguna manera”, expresó.

Dentro del análisis de "La Bahía de San Francisco", Fornero también propone a los lectores alejarse de sus sesgos políticos para posicionarse en un “punto neutral” y entender cómo se representa en la vida cotidiana la relación entre el poder de los “más habilidosos empresarios” y los que dependen de ellos, que en muchos casos terminan fijando elementos esenciales para la sociedad.

“En Argentina no hay una grieta política, sino emotiva”

Edgardo Fornero pone en jaque la concepción pública de la “grieta” entre los partidos políticos que existe en Argentina y aporta una visión sustentada en el trasfondo de este mensaje impregnado en la sociedad. De este modo, según sostiene, en el debate público siempre se termina hablando del sujeto (políticos o empresarios) y no del predicado (sus ideas y proyectos).

“En este país no hay una grieta política, esa es una gran mentira. Existe una grieta emotiva. La grieta política es un invento de los formadores de opinión que han sido reclutados para pensar por nosotros. Si realmente existiese estaríamos hablando de una grieta de ideas”, afirma.

A su vez, el vecino de Canning asume que este pensamiento inoculado por “los grandes acumuladores de riqueza que son los empresarios" llevó a plantar una muletilla equivocada en la sociedad argentina con respecto a la política. “Es una absoluta barbaridad que se diga que este país se va a abrir cuando los políticos dejen de robar. Y todos aquellos que digan eso es un disparate, que ha sido generado por los grandes acumuladores de riqueza (empresarios) que manipulan a los políticos con migajas”, apunta. “Tenemos que tratar de empezar a pensar por nosotros mismos valorizando el predicado de la idea sobre el sujeto. Si arrancamos por ahí puede que en muchos años el panorama de la sociedad mejore”, advierte.

“En Argentina, toda la vida nos la pasamos hablando del sujeto (políticos, empresarios) y no discutimos sobre el predicado (idea que proponen)”, sostiene Edgardo al tiempo que afirma que será fundamental “ejercitar el pensamiento propio para comprender por qué priorizamos el sujeto por sobre el predicado”, no sólo para la “vida misma” sino también para realizar una lectura más profunda de “La Bahía de San Francisco”.

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