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El impacto del caso Fernando Báez Sosa en el rugby de Canning: aseguran que hay más conciencia

Un jugador y un entrenador manifestaron que a partir del homicidio de Villa Gesell los formadores de los clubes hacen un mayor hincapié en evitar la violencia.

Tras varios días intensos a nivel nacional con el juicio por el asesinato de Fernando Báez Sosa, el joven de 18 años que fue golpeado brutalmente a la salida de un boliche en Villa Gesell por un grupo de rugbiers en 2020, ahora comienza a entrar en la recta final. Integrantes de la comunidad de rugbiers locales se pronunciaron acerca de cómo salpicó el caso en Canning y clubes aledaños.

Desde el 2 de enero, en el Tribunal en lo Criminal N° 1 de Dolores se encuentra desarrollándose el juicio por la muerte de Fernando Báez Sosa, que mantiene en vilo a todo el país tras el gran impacto que generó su fallecimiento en el verano del 2020 en Villa Gesell. Allí, ocho jóvenes rugbiers de la localidad de Zárate están siendo juzgados como culpables por el asesinato de Báez Sosa.

Luego de darse a conocer la noticia sobre su fallecimiento allá por el 2020, los clubes de rugby fueron observados de reojo por una parte de la sociedad remarcando costumbres y comportamientos de sus jugadores fuera del campo de juego y del club. Una parte de la comunidad rugbier se siente estigmatizada desde aquel momento y en los clubes intentan transmitir otros valores para que no ocurra otra situación similar a la que sufrió Fernando.

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Matías Fuchs y su cuerpo técnico, al frente de la categoría campeona M17 del Monte Grande Rugby Club.

Matías Fuchs y su cuerpo técnico, al frente de la categoría campeona M17 del Monte Grande Rugby Club.

“Cuando sucedió esto cayó la pandemia rápidamente, no llegamos ni a jugar un amistoso y después tuvimos que seguirla por Zoom. Pero el mensaje que doy siempre que hacemos un entrenamiento es que cuando salen, los padres los están esperando de vuelta y sanos. Hay padres que no duermen pensando en ellos, pero que los dejan salir porque confían. Siempre digo que se tienen que cuidar”, expresó Matías Fuchs, entrenador en el Monte Grande Rugby Club, en comunicación con El Diario Sur.

“Yo jugué al rugby desde los siete años y nunca un entrenador me dijo que me tenía que pelear en un boliche, jamás. Sin embargo, había gente que se peleaba igual. Esto se trata de personas y no de un deporte”, manifestó Fuchs.

“Hemos tenido partidos durísimos y muy ásperos. Pero mientras yo sea el entrenador, termina el partido y le das al mano al contrincante. Después te podes tomar una cerveza con esa persona con la cual disputarse el partido. Las rivalidades se tienen que quedar adentro de la cancha”, explicó.

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Joaquín López Córdoba es un vecino de Campo Azul, de Canning, que juega al rugby desde los nueve años en Banco Nación y hoy ya es parte del plantel de Primera. “Desde que se conoció el caso tiempo atrás hasta el día de hoy, los entrenadores hacen charlas al respecto para todos, pero el enfoque siempre está en los más jóvenes. Entre todos tenemos que guiarlos y que concienticen. No es algo normal, es una atrocidad lo que pasó”, contó el joven de 24 años ante El Diario Sur.

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Joaquín López Córdoba, vecino de Canning y rugbier desde los nueve años en Banco Nación.

Joaquín López Córdoba, vecino de Canning y rugbier desde los nueve años en Banco Nación.

“A partir de este caso también se agigantó mucho más ese estigma que hay con el jugador de rugby que se lo relaciona con la brutalidad y los golpes”, señaló López Córdoba. “Pero la verdad es que no es así, no conozco a nadie de mi grupo que haya querido cagarse a piñas ni una sola vez, no se nos cruza por la cabeza. Ni en una fiesta, ni en un boliche ni en ningún lugar”, aseguró.

“No pasa por una cuestión de jugador de rugby, puede pasar como en cualquier otro deportista”, sostuvo. No son valores que se comparten dentro de este deporte, hay que saber diferenciar de las personas con el rugby, ya pasa por una cuestión de educación. Juego hace más de 15 años, conozco muchísima gente del mundo del rugby y no se de nadie que le guste salir para ir a pegarle a alguien”, remarcó el rugbier de Canning.

El antecedente en Canning

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En noviembre de 2017, un custodio de Las Toscas Shopping fue brutalmente golpeado por tres jóvenes rugbiers del Monte Grande Rugby Club. Luis Avendaño y Tomás Alfonso Oliva, de 26 y 18 años respectivamente, fueron detenidos mientras que el tercer participante, de 16 años, quedó liberado al ser menor de edad.

Los jugadores de rugby atropellaron con una camioneta a dos motos en el estacionamiento del shopping de Canning, por lo que un custodio se acercó a para que los jóvenes se identifiquen. Los rugbiers reaccionaron a los golpes y el custodio fue internado en terapia intensiva por conmoción cerebral y una fractura en su clavícula.

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