Canning | Canning | exterior | nido vacío

"Nido vacío": vecinos de Canning y sus las experiencias con hijos que estudian en el exterior

Por la crisis o para ampliar sus horizontes, cada vez más jóvenes de Canning buscan posibilidades académicas afuera del país. Cómo lo transitan las familias.

Ya sea por decepción con el contexto económico argentino o por el hecho de ampliar sus horizontes, cada vez más jóvenes estudiantes buscan tener experiencias académicas en el exterior. En Canning, existen múltiples casos de viajes por becas de estudio combinadas con deporte o simplemente con ocio y ganas de viajar. El lado B de este fenómeno está en el “nido vacío”: los padres muchas veces extrañan a sus hijos y se encuentran ante un desafío para mantener su relación.

Es cierto que la crisis económica en cierta medida empuja a las generaciones nuevas a analizar diferentes alternativas en el exterior, ya que, muchos de ellos entienden que, luego de finalizar el secundario con un título profesional y un manejo aceptable de algún idioma extranjero, pueden tener mejor suerte.

Para las madres y padres en primer momento resulta emocionante pensar en el progreso de sus hijos, sin embargo, no todo es color de rosa: la aceptación a tenerlos lejos del “nido protector” y la incertidumbre de no poder cobijarlos termina siendo una cuestión compleja de soslayar.

Natalia Arauj es una vecina de Canning que en hace dos años atrás viajó a Estados Unidos para estudiar y a la par hacer tenis en la Binghamton University de Nueva York. Su mamá, Silvia Cammnasio Panetta, cuenta cómo fue asimilar la partida de su hija que dejó el verde del country El Sosiego para emprender rumbo a la “Gran Manzana”.

“La decisión no fue difícil tomarla ya que como familia sabíamos que para poder seguir jugando un tenis competitivo y a la vez poder estudiar en la universidad era el camino más adecuado para compatibilizar las dos actividades. Creemos que es una buena puerta de entrada para desarrollarse en un mercado profesional y laboral con buenas perspectivas a futuro”, explicó Silvia.

image.png
Natalia Arauj junto a sus padres tras uno de los reencuentros en el receso de estudio.

Natalia Arauj junto a sus padres tras uno de los reencuentros en el receso de estudio.

Pese al entusiasmo, la despedida fue dura, pero al día de hoy valió la pena y la tecnología ayuda a hacer más ameno el contacto en la distancia. “Es un sentimiento distinto, diferente a otras ausencias porque ella está muy contenta estudiando y jugando, hace lo que realmente le gusta, cuando hablamos, ya sea por celular o por videollamada, la vemos bien y la distancia no se nota, es paradójico, en nuestro caso hablamos mas así que estando ella acá con nosotros, se abren espacios para compartir muchas cosas”, añadió Silvia.

La vecina de El Sosiego aseguró que Natalia regresa tras cada receso y con muchas expectativas de seguir creciendo en el exterior, aunque a veces extrañe a su círculo íntimo.

“Un tema que le fue más difícil fue dejar su grupo de amigos y familiares, pero mediante la tecnología y pudiendo regresar a casa, mantiene activa la amistad. Por otro lado, varios de sus amigos también siguieron el camino que ella hizo, por lo que es otro factor para compartir. Aunque no quieras uno se va acostumbrando a este estilo de relación”, completó.

No existe un manual para manejar los sentimientos de la partida de un hijo, pero la comunicación permanente a través de las tecnologías ayuda a amalgamar la distancia y promueven este fenómeno del “éxodo del nido”.

Recomendaciones para padres

“No es fácil, que escuchen a sus hijos y que mientras ellos (hijos) estén convencidos que es el camino que quieren seguir es más fácil. Es acompañar y ayudarlos a crecer, no es fácil saber o poder soltar, pero mientras veas a tu hijo feliz y que es lo que quiere hacer, está bien”, aseguró Silvia.

Leé también: La travesía de los hinchas de Boca de Canning que fueron a ver la final a Río de Janeiro

Dejá tu comentario