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Luife Silveyra, un histórico del fútbol de Canning que le ganó al cáncer el partido más importante

Estuvo seis meses sin jugar en Lagos de Canning luego de que en enero le detectaran un cáncer en sangre. Se mantuvo cerca de sus equipos y vivió un regreso glorioso.

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Los primeros en enterarse fueron los hijos Victoria y Facundo, que era a quienes más miedo tenía de contarles a situación.

Los primeros en enterarse fueron los hijos Victoria y Facundo, que era a quienes más miedo tenía de contarles a situación.

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Luife recibió la noticia antes de jugar un partido con Lagos de Canning en el Máster. Cuando leyó el mensaje apagó el celular, jugó y luego se le vino el mundo abajo. Los primeros en enterarse fueron los hijos Victoria y Facundo, que era a quienes más miedo tenía de contarles a situación.

“En estos meses aprendí que lo más importante no es el fútbol, porque la verdad que la salud, la familia y los amigos está por sobre todas las cosas. Tuve un ejército de gente apoyándome, porque el partido que nunca hubiese elegido jugar, me tocó jugarlo”, comentó el referente del country de Sargento Cabral.

Cambió los botines por el buzo de DT para seguir en las canchas

Luife es un hombre que se desvive por el fútbol, porque además de jugar el intercountry en Lagos de Canning también estaba en el Senior de Talleres de Remedios de Escalada. Por eso es reconocido en el mundo de Canning por su gran compromiso con el equipo en cada categoría que vaya a disputar. Así que tener que dejar de jugar al fútbol por comenzar la quimioterapia no lo alejó de las canchas ni de los entrenamientos, ya que comenzó a dirigir el Junior de Lagos y siempre acompañó a sus amigos desde las gradas en cada sábado de Senior, miércoles de Máster y domingos de Supermaster.

“A la semana de empezar el tratamiento me junté con el doctor y le dije que quería transitar este momento pero sin dejar de lado lo que me hace más feliz, así que cambié el short de fútbol por el buzo de entrenador y empecé a dirigir el Junior de Lagos y el Senior de Talleres”, aseveró Luis.

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Junto a su mejor amigo, Gustavo Curiale.

Junto a su mejor amigo, Gustavo Curiale.

“Despacito voy a volver al nivel que estaba antes”

Luife tuvo cuatro pilares desde el comienzo: Victoria y Facundo que son sus hijos, Camila, su novia y su mejor amigo, Gustavo Curiale, con quien también comparte cancha en Lagos. Hace aproximadamente un mes se calzó los botines nuevamente y volvió a jugar tras haber superado la maldita enfermedad. Lo hizo en la categoría Máster en el partido ante La Deseada que ganaron 2-1 con un tanto suyo. “Desde que empecé a retomar mi vida me di cuenta de que hay que disfrutar de las cosas simples, no me pongo metas y despacito voy a volver al nivel que estaba antes”.

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