La columna pasada vimos la diferencia entre el placer (relacionado con satisfacer una necesidad) y el disfrute (que ocurre no sólo cuando logramos satisfacer deseos o una necesidad sino también cuando hacemos algo que nos gusta mucho y nos aporta algo) Quizás hay esfuerzo ¡Sí claro! Sin embargo logramos algo inesperado, tenemos un sentimiento de novedad o realización. Las personas cuando disfrutan lo describen de forma similar. Un deportista luego de superar su marca describe su sentir, de forma similar a un vendedor que concretó un negocio desafiante. Fue una actividad que hubo que ponerle energía sin embargo disfruta porque Disfrutar viene del latín dis (separar) fructus (fruto) sacar la fruta o gozar del producto de algo. Por eso decimos que a esa actividad le sacamos el jugo. Vamos al gimnasio y los más jóvenes sacan sus músculos, los más grandecitos nos contentamos con estar algo más saludables. Leemos un buen libro y disfrutamos su lectura y el conocimiento que nos aporta. Un ascenso en el trabajo. Una felicitación. Algunas actividades tienen más adrenalina que otras. Algunas personas disfrutan cocinando y agasajando a sus amigos o familia con una rica comida. Hay quienes disfrutan haciendo jardinería y valoran cada flor que crece. Me parece importante recalcar el concepto de energía de activación, o sea ¡Hay que ponerse a cocinar, levantarse para ir a hacer gimnasia, entrenarse para correr o hacer deporte, trabajar duro y lograr una felicitación!. Es un esfuerzo. Sin embargo, vencida la lucha interna inicial, obtenemos el fruto. Para activarse es importante imaginarse con ese fruto, con ese logro. Funciona como un atractor. Te preguntaste ¿Qué cosas disfrutas? ¿Y qué te aportan? ¿Cómo haces para activarte? ¿Cómo te imaginás con ese logro?
Columnista |
El logro más gratificante es aquel que con más esfuerzo se consigue
La licenciada Mónica Dreyer nos trae su columna de opinión semanal.
01 de julio de 2018 - 14:37