¿Sabías que gracias a las neuronas espejo aprendemos, sentimos empatía y nos conectamos con los demás? Estas neuronas especiales se activan no solo cuando realizamos una acción, sino también cuando vemos a alguien más hacerla. Descubiertas en los años 90 en monos, revelaron que el cerebro imita automáticamente lo que observa, sentando las bases del aprendizaje social.
La magia de las neuronas espejo
Por Mónica Dreyer.
Desde los primeros días de vida, ya están en funcionamiento: a las 72 horas de nacidos, los bebés imitan expresiones faciales, ¡por eso sonríen! Las neuronas espejo nos enseñan cómo actuar, nos ayudan a integrarnos en la sociedad, a entender valores, y a formar emociones. ¡Por eso, es vital ser conscientes de nuestras acciones! Los niños aprenden del entorno que observan y si sus padres pelean ellos lo imitarán o si un jefe es malhumorado puede contagiar su estado emocional a todo el equipo.
Estas neuronas son clave para facilitar el aprendizaje a través de la imitación, para la empatía, que nos permite ponernos en el lugar del otro; y para desarrollar habilidades sociales como la solidaridad o el altruismo. Pero también hay que tener cuidado: imitar sin conciencia puede llevarnos a repetir conductas sin pensar.
En psicópatas y sociópatas las neuronas espejo funcionan de forma alterada y explica por qué les cuesta empatizar.
Nazareth Castellanos, neurocientífica nos habla de cómo al mirarse dos personas se activan estas neuronas y la sincronización con los latidos del corazón (medido con electrodos). Así nuestras emociones y estados internos pueden influir en los demás, sugiriendo que nuestras experiencias no son completamente individuales, sino que están entrelazadas con las de quienes nos rodean. De allí la frase “El corazón que está en mí no es solo mío”.
Comprender cómo funcionan nos invita a ser más responsables con nuestras emociones y conductas. Una sonrisa, una palabra amable, una actitud positiva, puede tener un gran impacto. Activamos el cerebro del otro con cada gesto. Las neuronas espejo no solo explican cómo aprendemos, sino cómo nos construimos como humanidad.