El mismo día que cientos de miles de fieles peregrinaban por San Cayetano, con la consigna del pan y el trabajo, Javier Milei desembarcó con sus alfiles bonaerenses para lanzar su campaña en el Conurbano. Eligieron una esquina olvidada y decadente de La Matanza, el distrito que funciona como un aleph del peronismo. Y, con las camperas violetas de La Libertad Avanza (incluso los dirigentes “amarillos” del PRO), posaron con un cartel que decía Kirchnerismo Nunca Más, con la tipografía que se identifica con el Juicio a las Juntas militares y el rechazo a la dictadura.
El kirchnerismo que Milei necesita
Por Manuel Nieto (@NietoManuelOk).
La imagen fue una nueva provocación de laboratorio para que “salten los progres” por la animalada de poner a un movimiento político de la democracia, como el kirchnerismo, en un lugar comparable al de la dictadura de los 30 mil desaparecidos. Esto es desproporcionado independientemente de la enorme cantidad de errores y delitos que se le pueden imputar al kirchnerismo.
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Pero la imagen del Gobierno no se ve afectada por apretar el acelerador a fondo y correr más y más los límites del discurso. En cualquier caso, es mejor discutir la posición frente al “nunca más” que el desfinanciamiento del Hospital Garrahan, los ingresos de los jubilados o el congelamiento de la asistencia a menores discapacitados: todos temas que aparecieron esta semana y que mostraron a un oficialismo muy débil en el Congreso.
La lista de “causas justas” pareciera ser capaz de ordenar un discurso opositor claro a Milei, incluso uno capaz de reconocer sus logros de gestión parciales, como la baja sostenida de la inflación después del descalabro de 2022 y 2023. Pero va a ser difícil que la oferta competitiva, superadora y que pueda dar pelea surja desde la provincia de Buenos Aires, que es la casa matriz del kirchnerismo.
En las últimas horas se menciona a Máximo Kirchner y a Sergio Massa como opciones probables para encabezar la lista de diputados del PJ. Son dos de los grandes responsables del gobierno del “Frente de Todos”, cuyo desastre no puede quedar oculto por más que ahora se llamen Fuerza Patria y a Alberto Fernández lo tengan escondido y a Cristina presa. Massa fue el ministro de Economía y candidato presidencial de la inflación récord, Máximo el presidente del bloque oficialista que no le dejaba al ministro de Economía reducir los caóticos subsidios a la energía. Cada uno hizo un aporte muy importante para que Milei llegara al poder.
Pero los dirigentes del kirchnerismo no dan el brazo a torcer y defienden sus enclaves, aunque conformen una oferta electoral que no tenga posibilidades reales de ganar la elección de octubre o de pelear por la Presidencia en 2027. Es una estrategia que favorece el camino de Milei y su modelo económico, que tiene una enorme masa de perdedores (jubilados de la mínima, empleados públicos y todos aquellos que dependen en alguna medida del Estado, como los trabajadores de la construcción), pero que cierra para una “primera minoría” de la sociedad argentina. Con Massa o Máximo enfrente, el modelo va a seguir cerrando.



