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La degradación, la herencia, la inflación y la recesión

Por Manuel Nieto (@NietoManuelOk).

El escándalo y la degradación política y personal del ex Presidente Alberto Fernández son una insoslayable buena noticia para el Gobierno de Javier Milei. La imagen del Presidente, que empezaba a mostrar signos de caída en los últimos meses, especialmente en el Conurbano, empezó a registrar una meseta y en algunos casos un ligero rebote. Es lógico: ante el bochornoso espectáculo de violencia doméstica y desmesura que rodeaban al inquilino anterior de la Quinta de Olivos, hay sectores de la opinión pública que ven con claridad “la pesada herencia” que nos trajo hasta acá y sienten mayor empatía con Milei.

Se ve al Gobierno en lucha contra la inflación, lo que el mismo Milei considera que es el principal mandato que le entregó la sociedad. Por eso celebraron la variación del 4% que tuvo el Índice de Precios al Consumidor (IPC) que dio a conocer el Indec esta semana. Es el número más bajo en lo que va del mandato y confirma la tendencia descendente de la inflación: Junio 4,6%, mayo 4,2%, abril 8,8%, marzo 11%, febrero 13,2%, enero 20,6%, diciembre 25,5%. Esta cifra del 4% tampoco es para tirar manteca al techo (es igual a la de enero de 2022 y sigue siendo una de las más altas del mundo) pero permite vislumbrar un camino hacia la estabilización.

Como contracara, la recesión no parece encontrar su piso, a pesar de que hayan pasado ya cuatro meses de que Milei declaró que “la economía va a crecer como pedo de buzo”. Como ejemplo, un informe de la consultora Scentia mostró que en julio las ventas en supermercados y mayoristas cayeron en julio un 16,1% con respecto al mismo mes del año pasado. Es una caída sideral, la más importante del año y de la serie de Scentia. Significa que hay gente comprando y comiendo menos, en una proporción que hace la diferencia. Se condice con la caída del 17% en el consumo de lácteos que registró el Instituto para el Desarrollo Agroindustrial Argentino.

Otra foto de la misma película es la caída de la producción. La capacidad instalada de la industria argentina en junio fue del 54,5%, por debajo del valor de mayo pasado, cuando fue del 56,8% y muy lejos del 68,6% que marcaba junio de 2023. Las fábricas nacionales están trabajando, literalmente, a media máquina.

Justo en el Día del Niño, los números más dramáticos son los que tienen que ver con la infancia (y que son producto de las decisiones económicas actuales pero también de la herencia). Un estudio de la Universidad Católica que se conoció esta semana reveló que el 62,9% de los niños y adolescentes vive en situación de pobreza y el 16,2% se encuentra en la indigencia. En tanto, un informe de UNICEF señaló que un millón y medio de chicos saltea alguna comida durante el día y un millón de ellos se va a dormir sin cenar.

Recapitulando, cae la producción y el consumo, y la pobreza se vuelve más dramática, pero no cae el apoyo a un Gobierno que limitó las entregas de alimentos y que hasta logró ponerle un freno a los piquetes diarios en la Capital y el Conurbano (algo que impacta positivamente en la calidad de vida de millones). La crisis de representación y el hastío de la sociedad con las figuras de la oposición le dan al Gobierno una luna de miel extendida, aunque hay problemas que no pueden esperar.

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