El Gobierno de Javier Milei pasó una semana difícil, con una serie de derrotas que acumuló en el Congreso. La Cámara de Diputados rechazó el decreto que le daba 100 mil millones de pesos en fondos reservados a la Secretaría de Inteligencia para gastar de forma discrecional. En los sótanos de la democracia, esos recursos se suelen utilizar para actividades poco edificantes: financiar operaciones, construir carpetazos, apretar a quienes incomodan al poder. Así que la oposición dijo no: y no solo el peronismo, sino también gran parte de los radicales y hasta de legisladores que responden a Mauricio Macri. La iniciativa seguramente tenga el rechazo definitivo en el Senado.
Ni tan fuerte ni tan débil
Por Manuel Nieto (@NietoManuelOk).
Ese fracaso derivó en una ventilación de internas a varias bandas entre el Gobierno y sus aliados: escándalos en el bloque de Diputados, trifulcas entre Karina Milei y Santiago Caputo, ataques de y contra Macri. Con la oposición corrida del centro de la escena, las disputas por el poder se dan al interior del oficialismo.
El otro golpe llegó desde el Senado, donde los votos opositores aprobaron una reforma en la ley de movilidad previsional que implicaría aumentos más generosos para los golpeados jubilados y pensionados. Milei no dudó: la misma noche del jueves comunicó que vetaría de forma total la iniciativa, lo que, esta vez sí, recibió el apoyo de Macri. “Es un atentado contra el bienestar de los argentinos. Es la ruina del país”, describió Milei a la tentativa opositora. Si bien en cualquier manual clásico negar un aumento a los jubilados sería una medida impopular y hasta riesgosa (como lo fue para Cristina Kirchner vetar el 82% móvil), para Milei, el candidato de la motosierra, es solo un día más en la oficina.
Esta semana se conoció un nuevo dato económico que refleja que no hay recuperación en V ni “pedo de buzo” como había prometido Milei en abril. El Estimador Mensual de la Actividad Económica (EMAE) que difundió el INDEC confirmó que en junio la actividad cayó un 3,9%, luego de la pequeña recuperación que se había registrado en mayo. Esto se suma a otros datos de la semana pasada: caída en julio del 16,1% del consumo en los supermercados; retroceso del 17% en el consumo de lácteos en el primer semestre del año; utilización de la capacidad instalada de la industria del 54,5% en junio contra el 57% de mayo y el 68% de junio de 2023.
(Hago un paréntesis, a modo de recordatorio, para producir un informe: ¿Qué es de la vida de los miles de trabajadores del sector de la construcción que perdieron sus empleos por el cese de la obra pública que decidió el gobierno apenas asumió? ¿Están trabajando en obras privadas, cambiaron de rubro, changuean, cobran planes, iniciaron carreras en actividades ilícitas, un poco de todo junto? ¿Qué dirán los sindicalistas de la UOCRA y los empresarios del sector?)
A propósito del paréntesis, me pregunto qué hubiera pasado si el gobierno de Macri en 2015 hubiera tomado una medida así de radical con respecto a la obra pública. Esas dudas me llevan a creer que el Gobierno de Milei tiene, hasta ahora, la oposición más calma que la ha tocado a un gobierno peronista desde el regreso de la democracia. Alfonsín tuvo el karma de los paros de la CGT; De la Rúa se fue en helicóptero principalmente por su propia desidia, pero también por no tener ningún control político sobre la provincia de Buenos Aires. Milei no tiene gobernadores ni mayoría en ninguna cámara. Pero hasta ahora hace valer el mandato claro que le dio la sociedad en las elecciones: bajar la inflación, ajustar el gasto público, llevar orden en ámbitos disímiles como pueden ser el del tipo de cambio o el de “la calle” con los piquetes y manifestaciones. Las decisiones que vayan en esa dirección tendrán, al menos por un buen tiempo, el aval de una parte importante de la sociedad, sin que eso represente un cheque en blanco: el Gobierno no es tan fuerte como parecía la semana pasada con la difusión del escándalo de Alberto Fernández, ni tan débil como luce ahora que acumuló varias derrotas consecutivas en el Congreso. En la Argentina se vive al día.
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