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A Milei le llega su destino sudamericano

La corrupción le pega en la línea de flotación al Presidente que llegó al poder prometiendo terminar con “la casta”.

Por muchos viajes que haga a Estados Unidos para ver a Donald Trump o a Europa para consagrarse como héroe de las nuevas derechas alternativas, todo indica que Javier Milei no podrá escapar de su “destino sudamericano” (como dice Borges en el Poema Conjetural). Será en un futuro más o menos reciente un ex Presidente que, como Menem, Cristina, Lula, Bolsonaro o Pedro Castillo, deberá pasar gran parte de su tiempo desfilando por los tribunales para defenderse de acusaciones de corrupción, y eventualmente podrá conocer la privación de la libertad.

El cuadro policial que se pinta por estas horas del viernes, cuando cerramos nuestra edición impresa, es preocupante para el Gobierno. Los audios filtrados del ex director de la Agencia Nacional de Discapacidad, Diego Spagnuolo, describen un esquema de enriquecimiento ilegal a expensas del Estado y, en última instancia, de las personas discapacitadas, a través del cobro de sobreprecios y coimas a laboratorios. De acuerdo al relato del funcionario, que fue echado de su cargo por Milei, las coimas subieron al 8% con el gobierno libertario del 5% que se pegaban con el de Alberto. Los beneficiarios de este mecanismo serían los primos Menem y Karina Milei. De los mismos audios se desprende que el Presidente fue puesto sobre aviso del esquema por su “amigo” Spagnuolo,

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Diego Spagnuolo, abogado de Javier Milei.

Diego Spagnuolo, abogado de Javier Milei.

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Los condimentos del caso son múltiples, como la entrevista durante la que Alejandro Fantino lanzó ante Spagnuolo acusaciones explícitas contra los Menem (“genéticamente voraces”). Y se encadenan con un prontuario frondoso para el gobierno de Milei en poco más de un año y medio de gestión. En la campaña hubo denuncias de ventas de candidaturas y luego se conocieron testimonios que hablaban de “peajes” para reunirse con Milei; por ejemplo, el orfebre Juan Carlos Pallarols dijo que Karina Milei le pidió dos mil dólares para comer con su hermano. Mecanismos similares se develaron a partir del caso Libra, que tuvo al Presidente promocionando una estafa con una criptomoneda. Siguieron otros capítulos: la licitación millonaria que ganó la empresa de los Menem con el Banco Nación y las valijas que ingresaron al país sin pasar los controles aduaneros y que están ligadas a un empresario que hace negocios con el Estado. Es mucho.

No le va a alcanzar a Milei esta vez con tratar de desentenderse o decir que él está para las grandes ligas de la macroeconomía y los foros internacionales y que estos escándalos de cabotaje son cuestiones de los opositores que buscan destruirlo para recuperar sus privilegios. Los argentinos le van a pedir explicaciones más claras.

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El Presidente junto a su hermana, Karina Milei.

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La corrupción le pega en la línea de flotación al Presidente que llegó al poder prometiendo terminar con “la casta”. Si la sociedad convalidó con su voto al “loco de la motosierra” es porque, en su neurodivergencia, lo creían incapaz de robar con una banda de lugartenientes en el Estado al estilo de los políticos tradicionales. El ajuste, que afecta sectores tan sensibles como el de la discapacidad, se digiere si está capitaneado por gente moralmente recta, que ofrece un sacrificio en el presente para tener beneficios colectivos en el futuro. Pero todo ese relato se viene abajo si detrás del primer gobierno libertario de la historia y de la batalla cultural quedan la hermana del Presidente y los hermanos Menem recaudando coimas. Si el mecanismo estaba tan aceitado en una dependencia marginal como la de Discapacidad, qué quedaría por descubrir en grandes cajas como Anses, PAMI, ARCA o las superintendencias de seguros y salud. En septiembre de 2024, el Papa Francisco había contado el relato de un empresario al que un funcionario del gobierno le había pedido una coima: la noticia había pasado prácticamente desapercibida.

¿Qué podría pasar a partir de estos casos con los votantes que llegaron con confianza a Milei hartos de las malas gestiones y la corrupción del kirchnerismo y el macrismo? ¿Para qué lado van a disparar? Pueden tomar una actitud conformista y sostener que la corrupción es inherente a la actividad política en la Argentina, y que dentro de ese cuadro Milei es el menos malo y seguir apoyándolo. También se pueden despolitizar, radicalizar o buscar una alternativa “antisistema” todavía más dura. Que nadie se alarme dentro de dos semanas cuando la participación electoral en la provincia sea la más baja de la historia.

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