“Un día vino y me preguntó si me animaba a ir hasta Mendoza en bicicleta. Al principio pensé que estaba loco, pero después pensé: ¿por qué no?”, explicó Darío Javier Lungo, de 34 años, sobre el momento en el que su padre, Pedro Lungo, de 65, le propuso una particular aventura: ir desde Monte Grande hasta San Rafael, en Mendoza, en bicicleta. Salieron hace poco más de diez días y siguen su camino.
"Espíritus aventureros": padre e hijo salieron en bici de Monte Grande para llegar a Mendoza
Pedro Lungo y su hijo Darío viven en Monte Grande y están yendo hasta Mendoza en bicicleta. Llevan más de diez días y paran a acampar.
En diálogo con El Diario Sur, Darío comentó que siente que “se alinearon los planetas” al momento de pensar seriamente en emprender el viaje: “Ambos trabajamos por nuestra cuenta y en nuestra casa, nos sobra tiempo, nos encanta la montaña y tenemos un espíritu aventurero”.
Darío es ingeniero agrónomo, egresado de Universidad Nacional de Lomas de Zamora. Sin embargo, trabaja fabricando y vendiendo máquinas para la industria textil. Su padre, por su parte, está aguardando la jubilación.
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“Yo tengo un buen estado físico, he corrido maratones. En cuanto a mi papá, a pesar de que fuma también está en un buen estado, iba y venía a Capital en bicicleta”, sostuvo Darío.
Sobre cómo nació la idea de la aventura, contó que Pedro comenzó a ver videos en YouTube sobre personas que realizaban viajes de este tipo: “Pensamos… auto no tenemos, moto tampoco, pero sí bicicletas y mucho tiempo”.
“La plata va y viene. Es un viaje gasolero. Paramos en parques municipales y no gastamos más de lo que comemos y en algún repuesto”, aclaró Darío y agregó que vienen ahorrando para este viaje desde hace un tiempo.
Para conocer con más profundidad sobre esta aventura, se puede seguir a Darío y a Pedro a través de la cuenta de Instagram @delta.lima.22, donde van contando su travesía en tiempo real.
Los detalles de las bicicletas
Sobre la preparación de su medio de transporte, Darío Lungo explicó, en diálogo con El Diario Sur, que su padre se encargó de la parte mecánica, ya que ese fue su trabajo durante muchos años, mientras que él se ocupó de lo electrónico.
“Nos damos mania para todo, yo estoy trabajando desde hace tiempo con máquinas, así que una vez que mi papá construyó los carritos, yo los equipé con luces y generadores”, señaló y agregó que también sumó puertos USB para poder recargar la batería de los celulares.