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La nostalgia de los vecinos por los corsos de Monte Grande, que fueron furor en los 70 y 80

Familias de la ciudad se sumaban al festejo popular en las calles Alem y Bv. Buenos Aires. Comparsas de toda la región desplegaban sus mejores trajes.

Durante los años ’70 y ’80, los corsos de los días de carnaval, en el mes de febrero, fueron furor en Esteban Echeverría. Se realizaban en la calle Alem de Monte Grande y también sobre la avenida Boulevard Buenos Aires, que en aquel entonces llevaba el nombre de José Félix Uriburu. Una gran cantidad de vecinos participaban de estos eventos familiares, donde se podía ver desfilar a las comparsas con impresionantes trajes. Además, constantemente se escuchaban bombos y, al finalizar el desfile, comenzaban las guerras de espuma entre todos los presentes. Una vez terminado el carnaval, estaban a disposición los locales gastronómicos de la zona, para quela gente cierre la jornada con una buena cena, que en la mayoría de los casos era una pizza.

Con el pasar de los años, dejaron de hacerse los corsos en Esteban Echeverría, pero los vecinos de la zona que estuvieron presentes guardan en su memoria los recuerdos de aquella época. “Todo era divertido y llamativo. Para nosotros, que éramos chicos, era muy nuevo ver cómo se preparaban y la vestimenta que llevaban”, comentó Alfredo García, quien ahora tiene 55 años, sobre sus vivencias en los carnavales, a los que iba cuando tenía alrededor de 15.

“Lo que más me gustaba de ir a los corsos era la amabilidad de la gente, era otra argentina en aquel tiempo”, destacó Alfredo en diálogo con El Diario Sur. “Los carnavales acá eran largos, ruidosos y con mucha luz”, aseguró Daniel Milano, vecino de Luis Guillón. Además, Rodrigo Gamarra sostuvo que “eran muy impactantes los colores y los disfraces”.

Por su parte, la vecina Myriam Tosar contó: “En ese momento llamaban la atención los hombres vestidos de mujer, que bailaban y desfilaban”. Myriam remarcó que iba acompañada de sus cuñados y mi marido, cuando tenía 22 años, y dejaba a su hija a cargo de su padre para poder disfrutar del espectáculo.

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Un vecino disfrazado durante un corso del año 1957.

Un vecino disfrazado durante un corso del año 1957.

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En medio de la diversión, también hubo accidentes

Según contó el vecino de Luis Guillón Alfredo García, también hubo momentos trágicos durante los carnavales que se realizaban en Monte Grande. “Una vez había tanta gente a lo largo de la Avenida Boulevard Buenos Aires que, al hacer tanta presión, un muchacho se cayó de espaldas contra una vidriera y se cortó todas las piernas”, rememoró y aclaró que aquel día él se encontraba a tan solo un par de metros del lugar de incidente.

Otra situación similar tuvo lugar en la esquina que se encuentra en la intersección entre las calles Alem y Mariano Acosta, donde había una mueblería. Alfredo explicó que ahí, cortando Alem, estaba ubicado el escenario del evento, por lo cual había un importante amontonamiento de gente. Debido a esto, muchos vecinos se apoyaron en la vidriera del local, que también terminó rompiéndose y lastimando a quienes cayeron encima.

Las anécdotas de los vecinos

Además de recordar cómo era el desfile y el espacio de los carnavales, vecinos de Esteban Echeverría consultados por El Diario Sur también trajeron a la memoria diferentes anécdotas que vivieron en aquel entonces, principalmente sobre las guerras de espuma.

“Una vez iba con mis amigos, teníamos espuma y nos empezamos a pelear con otro grupo. Le llené la cara de espuma a un chico y se re enojó, terminamos discutiendo. Años más tarde me lo encontré en un partido de fútbol del barrio, nos reconocimos, nos reímos de aquel día y hoy somos amigos”, contó Alfredo García a El Diario Sur.

Por su parte, Daniel Milano, vecino de Luis Guillón, también comentó sobre su experiencia: “Un día estábamos peleando con espuma entre chicos y chicas. Yo tenía el pelo muy largo, entonces me confundieron con una mujer y mis propios amigos empezaron a llenarme de espuma y a pegarme con machetes de plástico”.

Rodrigo Gamarra, quien también es vecino de Luis Guillón, recordó entre risas: “Yo era muy pequeño, tenía menos de 8 años, y una vez apareció una comparsa con disfraces de guerreros romanos que me invitaron a bailar con ellos, yo fui y mi mamá se desesperó pidiendo que volviera”.

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