Este miércoles 24 de julio, Ricerio Requelme, quien fue había sido visto por última vez el miércoles 12 de junio al mediodía, fue hallado muerto dentro de un predio ubicado en la calle Maipú, cerca del barrio La Victoria, en la localidad de Monte Grande, Esteban Echeverría. Tenía 83 años. Fuentes policiales informaron a El Diario Sur que no hay indicios que marquen que se haya tratado de un homicidio.
Hallaron muerto a Ricerio, el vecino de Monte Grande al que buscaban hace más de un mes
El hombre de 83 años fue hallado muerto en un predio en el barrio La Victoria de Monte Grande. Esperan la autopsia, pero no se habría tratado de un homicidio.
El cuerpo fue encontrado por un custodio en un pastizal del predio. Ahora, se encuentra en la morgue para que se le realice la correspondiente autopsia, cuyos resultados se conocerán en las próximas horas. El hijo de Ricerio, Marcelo Requelme, en diálogo con El Diario Sur, expresó su incertidumbre al no entender qué es lo que pasó con su padre, por lo que se encuentra a la espera de los análisis de los especialistas. "No se le encontraron sus documentos, su credencial, sus medicamentos. Solo tenía el pase de viaje", comentó Marcelo.
El hombre fue visto por última vez por su hijo cerca de la Farmacia Roza, en el centro de Monte Grande, a donde iba Ricerio a buscar sus medicamentos mientras que su hijo se dirigía al trabajo. Las cámaras de seguridad de la calle Alem detectaron a Ricerio esperando el colectivo durante aproximadamente unos 20 minutos. Llegaron dos colectivos, los cuales tapan la visión de la cámara, y al irse el hombre ya no estaba, por lo que se habría tomado uno de los colectivos, aunque no se sabía cuál.
¿Quién era Ricerio?
Según comentó Marcelo, quien trabaja como profesor de bachata, Ricerio era un hombre de campo que vivió gran parte de su vida en Catamarca: "Antes de la pandemia se volvió para Monte Grande, después de que falleció mi mamá. Su rutina es estar acá en casa, armar su quinta en el fondo del terreno, salía a comprar por acá cerquita, aprovechaba y hablaba con vecinos que conoce desde hace años. No hacía muchas cosas".
"Apenas se jubiló se fue para Catamarca, ya que necesitaba volver a visitar a su familia. Lo habló con mi mamá y ella no quería volver, así que le dijo que se iba a volver un tiempo a hacer esa vida de campo que tanto extrañaba", relató el hijo.
"Él allá rescató un caballo que estaba en muy malas condiciones. Podía trabajar con grupos tradicionalistas, pero no quería, él trabajaba sólo. Lo conocían como 'El llanero solitario', porque su caballo era llamativo y andaba con él en los desfiles y diferentes eventos de donde vivía", lo describió.
Sin embargo, la despedida de Ricerio con su caballo fue muy triste, ya que al volver a la ciudad debió venderlo: "Le dolió mucho venderlo y separarse de él. Lo cuidaba demasiado, le daba un buen forraje, las vitaminas inyectables, sus vacunas, lo llevaba a cambiar sus herraduras antes de que se gasten, todo. Cuando lo vendió, lo hizo en un pueblo lejano para que el caballo no lo buscara. Después de un tiempo, un familiar lo llamó a mi viejo, y le contó que habían traído al caballo de vuelta al pueblo, pero que no estaba como él lo cuidaba, que estaba mal, y el se puso muy triste".
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