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La emotiva jubilación de un chofer histórico de la Línea 501: "Me quedan recuerdos para siempre"

Aldo Zapata empezó como albañil, siguió como mecánico y finalmente estuvo al frente de la Línea 501 en Monte Grande durante 32 años.

El colectivero Aldo Zapata estuvo 32 años ligado a la Empresa Monte Grande, donde condujo distintos coches de la línea 501. El pasado lunes 30 de diciembre tuvo su último viaje con un festejo especial con la familia y los compañeros, quienes resaltaron su vínculo con los pasajeros. "Con la gente siempre el trato fue el mejor", remarcó el hombre, oriundo de Santa Fe, que recaló en la región y hoy es un referente entrañable para los choferes.

"La verdad que con los vecinos y los pasajeros el acompañamiento fue increíble. Me cuidaron y protegieron muchas veces, siempre siendo amables", indicó, valorando una relación que lo tenía al frente de una de las profesiones más complejas en la calle y que le permitió construir un vínculo especial.

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Lo deja claro en sus palabras con la emoción que las expone. "Lo que más me gustó de esta profesión es la posibilidad de conocer gente buena", simplificó, puntualizando en algo que parece sencillo pero que no lo es. Es que subieron al colectivo personas en infinidad de circunstancias, con distintos contextos, y aun así él confeccionó un trato especial: "La gente puede venir enojada, con sus problemas, y yo trato de entenderla".

Allí radica el punto que posibilitó que, en estas más de tres décadas, se generen historias que no se va a olvidar nunca. "Puede ocurrir que una mamá esté llevando a su hijo al médico; otro hombre que lo echaron del laburo y está arriba del colectivo, o viene alguien de hacer mandados, algo malhumorados, y siempre hay que tratar de comprenderlos", comentó.

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En ese sentido, valoró algo que le sucedió hace poco cuando una mujer se acercó y lo abrazó al percatarse que había sido el mismo hombre que la llevaba al colegio cuando era niña. "Esas son las cosas que me llevó, que me quedan para siempre y van a estar hasta que me muera", señaló.

Cómo seguirá su vida después de la jubilación

Ahora le toca mentalizarse para lo que sigue. Con la jubilación llega el momento de descansar y buscar otras rutinas. Y hay algo que tiene bien en claro, la oportunidad de ir a visitar a su madre a Santa Fe. "Quiero ir a visitarla más seguido, yendo y viniendo. Eso es algo importante para mí", resaltó. Y agregó: "Ahora toca disfrutar de la vida, estar con la familia, los amigos. Es momento de darle espacio a esa parte que muchas veces no se le da lugar porque hay obligaciones y trabajos".

Por lo pronto, sabe que cada tanto retornará a ese espacio en el que se escucha el acelere de los colectivos, se oye a los mecánicos arreglar el motor de alguna unidad o se perciben los bocinazos cuando arriban a destino tras un largo recorrido.

Ahora él no estará al frente del volante, pero sabe que tiene un espacio en la Empresa Monte Grande donde varios de sus colegas de años lo encontrarán con una anécdota para contar, como aquella vez que subió a una bicicleta pinchada para ayudar a llegar a destino. Siempre fiel a sus principios, los de estar siempre con buen humor para darle el mejor trato posible a los pasajeros que se toman la Línea 501 y que lo seguirán viendo por la zona para brindarle el saludo que él siempre les dio cuando se subían al colectivo.

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