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Organizaciones sociales se agrupan en red para hacerle frente a la pandemia

Son 26 entidades de Esteban Echeverría que se unieron para trabajar de forma conjunta. La labor comunitaria, un pilar de los barrios en tiempos de emergencia.

La crisis del Covid-19 está golpeando al mundo entero y el conurbano bonaerense no es la excepción. La demanda de alimentos, entre otras necesidades básicas, se disparó exponencialmente en los barrios vulnerables, donde muchas veces las medidas del Estado no llegan, o logran brindar sólo una respuesta parcial a la emergencia. Ahí es donde las organizaciones sociales y comunitarias están jugando un rol más que importante para los vecinos, y de cara a ésta situación se conformó en Esteban Echeverría una red que nuclea a varias de ellas para, de forma conjunta, volver más eficaz y representativa esa presencia en los barrios.

La Red de Organizaciones se formó la última semana, integrada por 26 entidades, que van desde clubes hasta merenderos o asociaciones civiles. Entre todas asisten a un total de 12.000 personas en distintos puntos del distrito. Según explican, funcionarán en pos del bienestar de los vecinos articulándose con el Estado en distintas áreas que envuelvan las tareas comunitarias.

Entre las instituciones que componen la red está Sonrisas, una asociación echeverriana que funciona hace 16 años. “Aprovechamos la coyuntura para formalizar lo que veníamos haciendo desde hace algún tiempo con otras organizaciones, y darle vida a algo más grande”, cuenta Martín Ferreira, presidente de dicha ONG, quien además enumeró los principales objetivos de la Red: “Poder ayudarnos entre todos compartiendo recursos y donaciones, tener más visibilidad y mejor interacción con el Estado, y por último fortalecernos como conjunto e individualmente en cuanto a capacitaciones para el funcionamiento de cada organización”. Éste último punto es muy importante también debido a que en muchos casos, las entidades tienen problemas a la hora de resolver las cuestiones burocráticas para su desarrollo.

Tal como indica Ferreira, la coyuntura traccionó para que las organizaciones tomen un rol esencial. Previo a la pandemia, en Sonrisas contaban con un programa por el cual 109 familias hacían labores comunitarias y se las retribuía con bolsones de alimentos. Hoy esa cifra ascendió a 420, y la lista podría agrandarse: “Tenemos un equipo de trabajadores sociales que revisa caso por caso y ahora estamos trabajando en eso, pero no llegamos a cubrir la demanda que tenemos y las solicitudes que nos llegan”, explicó.

Por otra parte, es incontable la cantidad de ollas populares y nuevos comedores que nacieron a partir de la pandemia, siempre acompañados de un sentido de la solidaridad que suele despertarse en los barrios durante momentos difíciles: “Asistimos a 150, quizás 200 personas por día. Se nota que hay mucha voluntad de comercios y empresas que nos ayudan con donaciones, que son los platos de comida que entregamos”, contó Maximiliano Enebelo, representante de La Misma Voz y del Centro Comunitario Morena de Itatí, ubicado en 9 de Abril.

Asimismo, valoró la creación y el espíritu de colaboración detrás de la Red: “Es algo histórico, a nivel social y cultural. No encontramos otra similar que sea tan amplia y diversa, con espacios deportivos, sociales, educativos. Se trata un poco de eso, de enredarse para ir tejiendo puentes”.

Polideportivo Las Flores, de Canning: “Ayudamos a los trabajadores de los countries que de un día para el otro se quedaron sin trabajo”.

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Canning. El club asiste a más de 300 vecinos, muchos de ellos trabajadores de los barrios privados.

Canning. El club asiste a más de 300 vecinos, muchos de ellos trabajadores de los barrios privados.

La pelota no puede rodar pero el costado social del club nunca se apagó. El Polideportivo Las Flores se reconvirtió durante la pandemia y está funcionando como comedor para 300 personas del barrio, que afectadas por la crisis concurren al lugar en busca de un plato de comida.

“Nos la rebuscamos para que ningún día le falte un plato de comida a los vecinos. Nos ayudan mucho los comercios de la zona y algunos barrios como El Venado II. La mayoría de la gente del barrio trabaja en los countries y con esto de la pandemia no pueden ingresar por no ser esenciales, son todas personas que se quedaron sin laburo de un día para el otro. A muchos nunca les toco pedir un plato de comida”, contó Matías Cerda, representante del club que cumple el rol de delegado general en el fútbol infantil.

Las Flores es uno de los integrantes de la Red de Organizaciones, y ven con muy buenos ojos la unión que se formalizó entre las instituciones: “Con la participación en la Red se va a lograr algo muy importante para que en los barrios no le falte nada a nadie”, agregó Cerda.

Un proyecto de ley que pone en valor a los trabajadores de las organizaciones comunitarias

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Diputados. Bernazza presentó el proyecto para declarar de interés público a las organizaciones sociales. 

Diputados. Bernazza presentó el proyecto para declarar de interés público a las organizaciones sociales.

La diputada nacional por el Frente de Todos, Claudia Bernazza, presentó un proyecto de ley para regular y declarar de interés público el trabajo en las organizaciones comunitarias, además de concluir una definición específica para las mismas. En diálogo con El Diario Sur, explicó: “Ahora es cuando más visible se hizo la importancia de las organizaciones, pero el proyecto es para la pospandemia, para siempre, para reconocerlas de acá en más”.

Y es que con las normativas actuales no existe una discriminación entre los comedores o asociaciones civiles sin fines de lucro, impulsadas por vecinos, con respecto a fundaciones que se desprenden de corporaciones. Esto hace que se mida a ambas con la misma vara en distintas cuestiones burocráticas. “Hay organizaciones comunitarias que tienen las mismas figuras jurídicas que a veces utilizan grandes compañías para hacer fundaciones de origen empresario, que son de otra naturaleza. Entonces necesitamos una legislación que defina exactamente qué es una organización comunitaria”, señaló la diputada.

En el “Régimen de Promoción y Regularización del Trabajo en Organizaciones Comunitarias” presentado por Bernazza, se propone definirlas como “las fundaciones, asociaciones civiles, simples asociaciones o entidades con reconocimiento municipal que, con domicilio propio y de sus directivos fijado en territorio nacional, no persiguen fines de lucro en forma directa o indirecta, llevando adelante programas de promoción y protección de derechos o desarrollando actividades de ayuda social directa”.

Bernazza también presentó otros proyectos vinculados a la misma temática, como lo es el que postula la creación de un Instituto Nacional de las Organizaciones Comunitarias.

Uno de los principales desempeños que éstas están teniendo es en la asistencia alimentaria, vista sobre todo en las crecientes ollas populares y merenderos: “La cocina comunitaria no es algo humillante, es algo que le puede pasar a cualquiera. Lo demostró este virus. A esa persona de trabajo, que invirtió por ejemplo en inflables para cumpleaños, le llegó este problema. Entonces hay que dejar de ver a la olla popular como algo humillante para verlas como un pueblo ayudándose a sí mismo”, expresó la diputada.

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