Exequiel Verdier, neurocirujano que estuvo a cargo de la operación en el hospital provincial Eurnekian de Ezeiza, explicó que primero debieron intervenir al bebé cuando sólo tenía 48 horas de vida "para cerrar la apertura que presentaba en la columna a nivel lumbar, que dejaba expuesta parte de la médula espinal". La intervención acarrea un riesgo posterior con consecuencias como dificultades en el movimiento de las piernas, problemas en la vejiga, en el control de esfínteres y escoliosis, entre otras complicaciones.
El bebé había nacido con mielomeningocele, una malformación congénita de la columna que, como consecuencia, le provocó también hidrocefalia, una acumulación anormal de líquido cefalorraquídeo en el cerebro que si no se trata puede provocar la muerte. Por ese motivo, el bebé debió ingresar de nuevo al quirófano.
En esta segunda oportunidad, se le colocó una válvula que proveyó el nuevo banco de prótesis del ministerio de Salud bonaerense. “Le implantamos un sistema de derivación interna que drena el líquido desde los ventrículos cerebrales hacia una válvula y, desde allí, hacia el peritoneo, que tiene capacidad de absorberlo”, detalló Verdier.
El neurocirujano explicó que es la primera vez que se realiza una intervención de este tipo en el hospital público Eurnekian de Ezeiza y que fue posible gracias a la puesta en marcha del nuevo banco y, a su vez, a la creación, hace cinco meses, del servicio de neurocirugía pediátrica en ese establecimiento.
“El paciente tuvo una buena tolerancia al procedimiento quirúrgico, está en perfecto estado de salud y ya fue dado de alta”, aseguró Verdier sobre el bebé de un mes de vida que debió afrontar dos intervenciones quirúrjicas. De la cirugía participaron, además de Verdier, la jefa de Perinatología, María Gabriela Rodríguez; enfermeras de neonatologia y quirófano, residentes de neurocirugía y el anestesiologo Brioschy.