Horacio Accavallo falleció hoy a los 88 años, casualmente el Día del Boxeador. La mítica gloria mundial del pugilato había nacido en 1934 como el menor de cuatro hermanos en una humilde vivienda de la localidad de Villa Diamante, partido de Lanús, hijo de un matrimonio entre un italiano y una española.
El adiós a Horacio Accavallo: se crió en un basural de Lanús, trabajó en el circo y se consagró en el boxeo
El legendario deportista representó a Lanús en todo el mundo y fue tres veces campeón en peso mosca. Hace una década luchaba con el Mal de Alzheimer
Siempre con el sueño de ser boxeador, trabajó desde muy chico para ayudar a su familia. Se crío en La Quema, basural de Lanús, juntando botellas y cartones para sobrevivir. "Fui botellero, ciruja y comía en La Quema. El boxeo me dio un roce social que no se adquiere con dinero y digo con orgullo que me formé en Villa Diamante, luché con honestidad, transparencia, y le di una trompada al hambre", había dicho Accavallo hace tiempo en una entrevista periodística.
Más grande, se desempeñó en diferentes lugares del circo Sarrasani: fue payaso, equilibrista y faquir. El maestro José Ricardi, de Lanús, lo vio allí desafiando al público para que entre a las funciones y descubrió que tenía pasta de boxeador.
“Roquiño”, como era conocido, fue el segundo argentino en convertirse en campeón mundial de boxeo. De estatura pequeña (1,56 mts) y de 51 kilos de pesos, se transformó en una leyenda del peso mosca. El 1° de marzo de 1966, el púgil argentino derrotó al japonés Katsuyoshi Takayama, que peleaba de local en Tokio. En esa oportunidad, se impuso luego de un fallo dividido del jurado ante el que mostró sus dotes en el ring y consiguió el título de la Asociación Mundial de Boxeo (AMB) en su categoría.
Accavallo defendió el título en otras tres ocasiones. El 15 de junio de 1966, se enfrentó a otro boxeador nipón Hiroyuki Ebihara, al que le ganó por decisión unánime de los jueces, esta vez de local en el Luna Park. A fin de ese año, llegaría el turno del mexicano Efrén Torres, al que le ganaría por puntos.
La última defensa del título máximo de peso mosca fue una revancha con Ebihara, otra vez más en el estadio Luna Park. El jurado, en esta oportunidad, falló en forma dividida, pero le dejó el cinturón al nacido en Lanús. Poseedor de una zurda única, Accavallo fue uno de los boxeadores más inteligentes que dio la Argentina. Cuando subía al ring, estudiaba detalladamente los movimientos de su rival y medía cada paso a realizar.
Luego de retirarse del boxeo, se convirtió en empresario y puso una casa de artículos deportivos con su nombre. Tuvo su primera sucursal en el barrio porteño de Pompeya. El éxito del comercio hizo que se abrieran otras sucursales en Constitución y en distintos puntos de la zona sur del Conurbano como Avellaneda y Berazategui.
La despedida del hijo de Horacio Accavallo en redes sociales
El encargado de dar a conocer el fallecimiento del deportista fue su hijo Horacio Accavallo Jr., que publicó la triste noticia en sus redes sociales. “¡Así te voy a recordar viejo! Con los brazos en alto como un campeón. Gracias por tus enseñanzas y por inculcarme tus valores. Descansá en paz", señaló junto con una foto de su padre en blanco y negro.
El boxeador sufría hace más de una década de Mal de Alzheimer, una enfermedad neurodegenerativa, que afecta la memoria y otras importantes funciones mentales. Recientemente, su estado de salud había empeorado y tuvo que ser internado en una clínica de recuperación.
Su hijo, acompañado de la Asociación Gama y la agencia Amén Argentina, estaban a las puertas de llevar adelante un festival de boxeo con cruces amateurs y profesionales para concientizar al público contra esta enfermedad y en honor a Horacio. La quinta campaña de “No colguemos los guantes frente al Alzheimer” se había fijado para el próximo sábado 17 de septiembre en la Fabrica de Box de Valentín Alsina, ubicada en la calle Balcarce 2855.