Un jefe narco que estaba prófugo de la Justicia federal en Chaco fue atrapado en Lomas de Zamora luego de ser descubierto con una identidad falsa, dado que se hacía pasar por un hombre de nacionalidad brasileña y cayó por la lectora de patentes.
Lomas de Zamora: Capturaron en Villa Fiorito a un jefe narco que era buscado en Chaco
El hombre fue descubierto con una identidad falsa de nacionalidad brasileña en Villa Fiorito, a partir de la lectora de patentes de Lomas de Zamora.
Se trata de Ariel Alberto Sosa, líder del Clan Sosa, quien se encontraba con pedido de captura nacional e internacional vigente por delitos vinculados a la Ley de Lavado de Activos provenientes del narcotráfico.
La captura se concretó luego de que agentes de la Comisaría 5ª de Villa Fiorito de la Policía Bonaerense fueran alertados por el sistema de lectura de patentes municipal sobre el ingreso al distrito de una camioneta Toyota Hilux con pedido de identificación. Así es como los policías se movilizaron hacia la zona y lograron dar con la camioneta en el cruce de las calles Ejército de Los Andes y Filardi.
Así la situación, cuando le requirieron los documentos al conductor de la Hilux, exhibió una cédula de identidad brasileña a nombre de Federico Narahian Da Silva Dos Santos, algo que llamó la atención de los policías que lo trasladaron hasta la Comisaría 5ª para chequear sus datos, según consignó Infobae.
Ya en la comisaría los policías confirmaron sus sospechas: la documentación presentada por el conductor de la Hilux era apócrifa y en realidad se trataba de un narco con pedido de captura por el Juzgado Federal de Roque Saenz Peña, en Chaco.
Acusado como jefe de un clan
El hombre, de 31 años y sindicado como el jefe del clan narco “Sosa”, era buscado por la Justicia por los delitos de lavado de activos del narcotráfico y asociación ilícita.
Según la Justicia, el denominado “clan Sosa” operaba como una organización narcocriminal de estructura familiar que se dedicó desde al menos 2009 hasta 2022 al contrabando y comercialización de estupefacientes, y al posterior lavado de activos mediante maniobras destinadas a insertar en el circuito económico formal el dinero proveniente de esas actividades ilícitas.
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El modus operandi de la banda, según pudo establecer la Justicia, consistía en canalizar las ganancias del narcotráfico mediante la adquisición de bienes registrables y la inversión en proyectos comerciales e inmobiliarios.
Los fondos eran utilizados para comprar automóviles, camiones, motocicletas, cuatriciclos, terrenos fiscales, inmuebles y locales comerciales, así como para financiar la construcción de complejos de departamentos.