En el día trece del juicio por el asesinato de Fernando Báez Sosa, hablaron otros dos de los rugbiers acusados de matar al joven hace exactamente tres años, Lucas Pertossi y Blas Cinalli. Ambos declararon que “en ningún momento” le pegaron a la víctima.
Otros dos rugbiers rompieron el silencio y negaron haberle pegado a Fernando Báez Sosa
Lucas Pertossi y Blas Cinalli hicieron uso de la palabra en una nueva jornada del juicio por el homicidio de Fernando Báez Sosa.
El primero que hizo uso de la palabra en este que es el último día de recepción de pruebas por parte del Tribunal Oral en lo Criminal N°1 de Dolores fue Lucas Pertossi. “Siento mucha pena por todo lo que pasó, quiero aclarar que yo en ningún momento le pegué a Fernando, en ningún momento lo toqué ni participé de un plan para matar a nadie”, afirmó el joven de 23 años.
Pertossi también se refirió a los polémicos chats que trascendieron del grupo de WhatsApp que compartía con el resto de los acusados en el que dijo “caducó” en referencia a como quedó Fernando después de la paliza.
En ese sentido, el rugbier subrayó que escribió un comentario que le dijo otra persona en el lugar del hecho. Siguiendo su relato, Pertossi les preguntó a sus amigos: “¿Sabe alguien?, un desconocido me dijo que caducó un pibe”, a los que los demás le respondieron: “Quedate tranquilo, nos peleamos pero volvimos”.
Por su parte, Blas Cinalli, el otro de los jóvenes que rompió el pacto de silencio que había en el grupo de sospechosos comenzó su declaración ante el tribunal diciendo: “Quiero empezar diciendo que lamento mucho todo lo que paso, fue una tragedia terrible, falleció un chico de mi misma edad. No hubo ningún plan”.
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Cinalli manifestó que “estaba muy borracho” al momento del hecho y que no recordaba haber estado entre quienes atacaron a Fernando. Sin embargo, luego de ver los videos exhibidos por la fiscalía, aseguró: “Puede ser que estuve medianamente cerca”.
Por otro lado, el joven solo respondió preguntas de la fiscalía ya que consideró que el abogado de la familia Báez Sosa, Fernando Burlando, les faltó el respeto a todos los acusados y describió su trabajo como “muy poco profesional”.
