En el caso del gas, el aumento del 2,7% incluye el ajuste en el precio de venta del gas (PIST), que se indexa según el dólar oficial, además de un incremento del 3,5% en los cargos de transporte y distribución. En cuanto a la electricidad, el alza del 2,5% contempla un incremento del 6% en el costo de transporte y distribución.
Estas subas, inferiores a la inflación proyectada, buscan evitar presiones sobre el índice de precios, en línea con la política del Gobierno de reducir gradualmente la inflación con la meta de llegar al 2%. Además, el aumento previsto para el combustible también se mantendría por debajo del 3%, aunque inicialmente se estimaba una suba del 4%.
La intención original era normalizar las tarifas del sector antes de enero de 2025 mediante una revisión tarifaria completa. Sin embargo, debido a las postergaciones, se calcula que una actualización total en ese momento implicaría incrementos de entre 30% y 50% sobre los niveles actuales. Por el momento, los ajustes tienen como objetivo sostener el funcionamiento y mantenimiento de las redes, así como permitir inversiones esenciales por parte de las empresas del sector.
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