La semana pasada la conductora Maju Lozano se despidió del ciclo Todas las tardes de canal Nueve y contó que fue diagnosticada con autismo. “Para mí fue volver a nacer, reconstruir 51 años de dudas, de buscar explicaciones donde no las había. No quiero explicar el autismo, es algo que todavía estoy aprendiendo”, aseguró en el programa.
Adultos que reciben el diagnóstico de autismo: el caso de Maju Lozano visibilizó el tema en la región
La periodista contó que fue diagnosticada con autismo a sus 51 años y que eso le generó alivio. Cómo se llega a un diagnóstico de este tipo en adultos.
“En un momento pensé que era adoptada. Desde que era muy chica sentí que era un mundo en el que yo no pertenecía, que no había grupos en los que yo me identificaba. Me sucedían cosas que no entendía, como no tolerar el color rojo, no poder comer frutillas, no poder comer arándanos, no poder ponerme ropa roja”, contó Lozano.
En ese marco, Ivana Peralta, una vecina de Canning que es Licenciada en Psicología y diplomada en Autismo y Síndrome de Asperger, explicó a El Diario Sur: “Los adultos de hoy en Argentina no recibieron tratamientos desde pequeños porque no se prestaba atención a esto. Ahora los padres miran distinto a los niños y es más fácil que se detecte”.
“El autismo no es una enfermedad, es una condición. Su cerebro funciona y procesa las cosas de manera distinta”, sostuvo Ivana. Y agregó: “Es muy importante para la sociedad conocer las características para poder empatizar”.
“Hoy en día hay una mayor cantidad de adultos a los que se les detecta el autismo porque hay más información”, destacó la profesional. “Muchas personas dicen: ‘Se le despertó el autismo a los dos años’. Esto no es así, el pequeño ya nació con esa condición, pero cada edad tiene sus propios desafíos”, remarcó.
Según explicó la profesional, el autismo altera principalmente la capacidad de comunicarse con otros: “Cada persona es distinta y las características pueden ir variando, pero es muy importante la detección temprana para lograr una mayor interacción”.
“La condición dura toda la vida. Hay muchas cosas que se le puede enseñar a una persona con autismo. No es como una bronquitis, que te tomás la medicación y a las dos semanas ya estás bien”, concluyó.
Cabe mencionar que Ivana es cofundadora de “Espacio Vida”. Se encuentra en Monte Grande y allí trabajan con niños, adolescentes y adultos. Para más información, se puede ingresar a las redes sociales @licenciada_ivana_peralta y @espacio.vida.monte.grande.
Indicadores de autismo
- Rutinas y comportamientos repetitivos.
- Evitar sostener la mirada.
- Cuesta expresar el sentir y comprender lo que siente el otro.
- Gustos e intereses restringidos.
- Apilar o alinear objetos.
- No responder a su nombre.
- Dificultades en el lenguaje.
- No señalar para pedir.
- Hipersensibilidad frente a determinados sonidos.
- Ser literal. No comprender dobles sentidos, sarcasmos o chistes.
- No mentir.
La palabra “autismo”
“Cada experiencia subjetiva es única e irrepetible. Puede que haya puntos en común con experiencias de otros, pero nunca serán exactamente iguales o, al menos, no hay forma de comprobar eso”, sostuvo en diálogo con El Diario Sur Sabrina Vendramin, quien tiene 38 años, es vecina de Monte Grande y licenciada en Psicología. Y continuó: “Lo mismo sucede con las distintas formas de sufrimiento. Cada persona no solo sufre por cosas distintas, sino que nombra a eso de distintas maneras como modo de aliviar ese padecimiento”.
“Hoy se utiliza el término ‘autismo’ para nombrar eso que hasta ese momento era innombrable”, aseguró la profesional. En ese marco, opinó que “causa alivio para algunos que transcurrieron su vida sin saber qué les sucedía, es tomado a la ligera para otros que conviven con niños y niñas con dificultades severas para desenvolverse en la vida”.
En ese sentido, remarcó que “se generan disputas sobre la acepción del término, luchas acerca de quién tiene la verdad”. “Tal vez sirva preguntarnos qué hay en esa palabra ‘autismo’ en la que tantas personas tan distintas entre sí, se sientan identificadas”, subrayó.
Para concluir, explicó: “Los test psicológicos o las evaluaciones psiquiátricas podrán brindarnos datos que permitan clasificar en diagnósticos ciertas manifestaciones y padecimientos humanos para, a partir de allí, ofrecer el tratamiento específico; pero nunca podrán dar cuenta del modo en qué cada persona inventa, a partir de su malestar, formas innovadoras de transformarlo”.
Leé también: El Papa Francisco confirmó que tiene planeada su visita a la Argentina: cuándo será